El Caldero de la Bruja

En este caldero echaré un poco de fantasía, un poco de ci-fi, y un mucho de todo aquéllo que me gusta.

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Lugar: A Coruña, A Coruña, Spain

12.11.06

Entrenamientos con Mano y Media

Paseando por YouTube nos encontramos con este vídeo de un grupo alemán de esgrima antigua donde se ven técnicas de combate con espadas de mano y media, o espada larga. A mí me parece muy bueno (mi novio ya lo colgó en su blog), así que también lo pongo por aquí para ambientar un poco y luego sigo con lo que iba a decir.



Pues nada, que ahora que por fin nos hemos vuelto a las tierras galaicas, estamos montando un grupo de esgrima antigua (en principio sería para empezar con mano y media, y si hay gente interesada, también con ropera) en la zona de Coruña -también tenemos apuntado a un chico de la zona de Santiago, que no queda muy lejos. Así que si hay más interesados (por ahora creo que somos siete) que avisen por aquí por mail, que serán bien recibidos.
Por supuesto, serán entrenamientos serios, con programa de ejercicios, luego con el tiempo tal vez formemos una Asociación, que siempre ayuda a conseguir sitio para entrenar y es un buen llamamiento a más gente interesada.

8.11.06

DAGDA/ DAGHDHA MOR/ DAGHDÉ/ SUCELLOS

Esta divinidad es denominada por diferentes nombres, según el área celta donde se mencione. Es, por tanto, una deidad pan-céltica, como muchas otras del panteón céltico.
Así en Irlanda, se la conoce como Dagda o Dagdá, en Gales como Daghdé, en la Isla de Man como Daghdha y en el continente como Sucellos, especialmente en la Galia y en la Keltiké hispana (España).
A excepción de este último nombre, los demás parecen derivar del término dagdêvos que vendría a significar deidad múltiple o polifacética. En gaélico, un antiguo fragmento llamado “La Elección de los Nombres” nos dice que el nombre significaba “Dios Bondadoso” al mismo tiempo que comenta que era un Dios de la Tierra. También se le designó como “Daghdha Mor”, (el Gran Dagda).
El Sucellos celta galo es imaginado llevando un mazo o martillo en su mano izquierda. Su propio nombre significa “el que golpea con eficacia o fuerte”. No hay demasiados datos sobre sus atribuciones, si bien los conocidos coinciden con los del Dagda. Se asemeja en las propiedades del mazo, pues dependiendo con que lado de éste golpea, da la vida o resucita o la quita, se parece en ser un guardián de la tribu y comunidad. Coincide en ser un dios de la abundancia, pues Sucellos es representado en ocasiones con una mano derecha portando una taza, (el caldero del Dagda) otras un trozo de pan. Posteriormente con la romanización, se confundió con el Silvanus romano, dejando paso a éste en todas las zonas invadidas, aunque con ciertas reminiscencias galas, que resurgieron cuando el Imperio Romano empezó su descomposición.
Sucellos fue imaginado también como el Dagda, vestido de túnica corta, reflejando al mismo tiempo autoridad y benevolencia, si bien este Dios paternal en la Galia, se representa barbado y ataviado más a la forma celta gala. El cristianismo, sin embargo, arrasó con Sucellos, como hizo con El Dagda e incluso con el romano Silvanus.
Sin embargo, posee otros nominativos tales como Padre de Todos, “Eochaid Ollatayr” o “Ruahd Ro-Fheasach” Pelirrojo de la Gran Ciencia o “Aedh (Fuego)”, lo que hace del Dagda una tríada mítica.
Es y fue el Dios más venerado por los propios druidas, pues es druida él mismo. Señor de los elementos y de la sabiduría y adivinación, maestro de la música, artes, poesía y elocuencia, excelente guerrero y dios sencillo y apacible, que tiene como función garantizar el pasaje por los diferentes ciclos de la vida y de ésta al Otro Mundo. En la segunda batalla de Mag Thuiredh fue notable su actitud valerosa y guerrera para derrotar junto a los otros Dé Dannan a los opresivos Fomoré. Sus certeros golpes arrasaron filas compactas de enemigos fomorianos. Su lanza de guerra, arrastrándola dibujaba surcos en la Tierra, tan amplios y hondos como los límites fronterizos que separan las provincias de Irlanda.
Sin embargo, su talante candoroso pero al mismo tiempo astuto queda patente en la historia que cuenta como, cuando los fomorianos desembarcaron en Erin, él acudió como embajador pero con la hábil táctica de ganar un precioso tiempo para que el ejército daneano se preparara para el inminente combate. Los fomorianos lo recibieron con fingida cortesía y le dieron alimento. Echaron gachas de avena y leche en un pozo(80 galones, dice la leyenda) y le instaron a tomarlo todo, bajo pena de matarlo. El de una forma apacible, sin amilanamiento alguno, tomó un cucharón donde cabían dos personas de la de nuestro tamaño, y rebañó hasta el último pedazo y gota de leche que habían vertido en el referido pozo.
Su lugar de residencia es el Brug na Boyne(Morada sobre el río Boyne), en la cual se encuentra el túmulo funerario de New Grange. Este lugar, además, y esto ha sido comprobado arqueológicamente, sirvió como cementerio real de la época histórica, para los reyes celtas irlandeses de los primeros 4 siglos de la Era Común, o incluso se apunta la hipótesis de haber sido necrópolis de las poblaciones prehistóricas previas a los establecimientos de los primeros celtas.
Cuando el cristianismo se impuso sobre el druidismo, diversos monjes cristianos, que fueron antiguos druidas o descendientes de druidas y celtas paganos intentaron conciliar sus antiguas leyendas aún queridas y añoradas con las enseñanzas del dogma cristiano. Ejemplo de esto los hay numerosos, y una de los más conocidos es denominado Libro de las Invasiones o Lebar Gabala del siglo XI, que relata como el Dagda y otros dioses, convertidos ahora en hombres jefes o guerreros mortales Danann, murieron antes de la llegada de los hijos de Milé.
Este nombre del río mencionado, “Boyne”, se debe al homenaje que se hizo en la leyenda irlandesa hacia Boann, esposa del Dagda , que desobedeciendo el “geis”, el cual prohibía a cualquier Dios acercarse a un determinado pozo mágico . Boann fue perseguida por la rebeldía de las aguas del pozo, al romper el “geis”, alcanzada y transformada junto a este fluido en río. Con Boann el Dagda tuvo uno de sus hijos, el conocido Oengus Mac Og, que fue concebido y parido el mismo día.
El referido río Boyne, que se formó con la conjunción de las aguas del pozo y la diosa Boann, es muy conocido y popular en la leyenda irlandesa, pues es el que tenía 9 avellanos mágicos dándole sombra. Las avellanas que daban eran de color carmesí y poseían la virtud de quien las comía, entraba en conocimiento súbito de toda la sabiduría conocida. Solamente un ser tenía este privilegio, el conocido “Salmón de la Sabiduría”. Cuando las aguas del pozo se rebelaron contra Boann y se esparcieron formando con ella el referido río, los salmones vagaron por su cauce, y uno de ellos fue el que comió posteriormente y casi accidentalmente el famoso Finn Mac Cumhall, adquiriendo a través de éste toda la sabiduría.
Dagda, es un dios Total, hábil artesano, temible guerrero, druida supremo, el cual posee un caldero mágico donde puede revivir a los muertos en la batalla y por tal hecho se le adjudica el sobrenombre de “ Dispensador de la Vida.
El pueblo celta se lo imaginó como a un anciano de aspecto venerable, de gustos sencillos pero gran luchador y guerrero, con túnica muy corta parda y manto con capucha, cabello echado hacia delante gris y arrastrando un enorme garrote o maza depositada en un carro de 4 ruedas que se hubiera necesitado 8 humanos para transportarla. Esta maza por un lado, cuando golpea, revive a los muertos y por el otro los envía definitivamente al otro Lado. Tambien se dice que posee un magnífico caballo negro, llamado “Acéin u Ocean”. Dagda es el realizador de grandes proezas bélicas y aventuras. Se cuenta que en una ocasión capturó con su mano a un ser de 100 piernas y 4 cabezas, llamado “Mata”, arrastrándola hasta la “Piedra Benn”, cerca del río Boyne y que allí le dio muerte.
Como Dios símbolo, también de la fertilidad, abundancia y regeneración, la imagen que emana a veces incluso con paradoja, es pensada como entidad algo grotesca y oronda que come cantidades exorbitantes de comida, pero por el contrario, a pesar de ese aspecto algo jocoso y en ello reside la paradoja, es el Dios Padre de la Tribu y como tal venerado con supremo e intenso respeto.
Aludiendo a esta imagen simbólica de fertilidad, se le emparejó con diversas diosas, una de ellas ya mencionada Boann, pero otra fue, nada menos que la propia Morrigan, furia de las batallas. Con este emparejamiento, el cual según cuenta la leyenda ocurrió a horcajadas sobre un río, se vinculaba a toda la tribu representada por El Dagda con la seguridad y protección, entre otros atributos que simboliza La Morrigan.
Dagda posee un Arpa Mágica con la cual controla el inicio y final de las estaciones celtas, esta Arpa, se dice que la obtuvo del Mundo Superior. La llevó a Tara, igual que el mencionado Caldero Mágico de la Abundancia, llamado “Undri”, que se ha traducido como” Húmedo”, traído desde la fabulosa ciudad de Murias. Es uno de los mejores tesoros divinos de los Tuatha dé Danann en el cual hay alimento en proporción a los méritos de los que pretendan nutrirse de él. Posteriormente sirvió de modelo para que los cristianos lo transformaran en el Santo Grial.
Hay un curioso incidente en la leyenda irlandesa con respecto a esta arpa.
Cuenta la leyenda que en la segunda batalla de Mag tuiredh, que el arpero del Dagda, con su arpa cayó prisionero de los fomorianos. Su hijo Oghma y Lugh ayudaron al Dagda a recuperar la asombrosa Arpa, para ello fueron en su búsqueda, llegando hasta el salón de banquetes del palacio submarino de sus enemigos. Allí vieron como el arpa colgaba de la pared y Dagda con su poder la llamó y ésta rápidamente se descolgó por si sola y voló hasta las manos del legítimo dueño, matando en el trayecto a 9 fomorianos. El Dagda usó una poderosa invocación que rezaba así:
“¡Ven dulce murmuradora!
¡Ven cuerpo de armonía de cuatro ángulos!
¡ ven verano, ven invierno!
¡ de las bocas de arpas, bolsas y gaitas!”.
Otra traducción ,sin embargo, lo cuenta así:
¡Ven Roble de los dos gritos!
¡Ven mano de música cuádruple!
¡Ven verano, ven invierno!
¡Voz de arpas, fuelles y flautas!
Ésta última versión parece mejor traducida ya que el arpa tenía dos nombres: “Roble de los dos gritos” y “Mano de Música Cuádruple” y la gaita no fue tan tempranamente conocida en Irlanda.
Cuando el dios tomó de nuevo el arpa, tocó en ella las tres nobles cuerdas, que cualquier gran maestro del arpa debe dominar, los acordes de la risa, del llanto y los del sueño. De esta manera provocó una enorme risa, luego llanto y por último sopor entre sus enemigos y merced a esto pudo huir sin contratiempos.
Como Dios primigenio masculino, es hijo de Dana y Bilé(Belenos). Padre de numerosos hijos, entre los más importantes destacaremos: A Diosa Brigitt, al dios Oghma, al dios Mider, llamado el Orgulloso, dios del submundo, a Angus Mac Og, el joven Dios más seductor de toda la mitología gaélica, exponente de la belleza y el amor y por último a Bodb El Rojo que sucedió a su padre como gobernante de los dioses Danann.
Sin embargo, a pesar de ser un dios primigenio no fue líder de los daneanos hasta bastante tardíamente. Primero como jefe daneano se conoce al famoso Nuada (Nudd en Gales, Nodens entre los britanos). Después a Bress, medio fomoriano, medio daneano, como el mismo Lugh, y luego Dagda desde su retirada a los sidhs, después de perder la batalla contra los milesianos, hasta hoy. Como Padre de los Dioses, fue él quien distribuyó los diferentes sidhs a los dioses y cedió su liderazgo.
Desde esta derrota, pasando por el dominio del mundo celta por el cristianismo, los dioses antiguos, han sido conducidos hacia el anonimato y el olvido. En el folcklore de nuestros días, especialmente en Irlanda, ellos son el pueblo de las colinas o “aes sidhe” y han sido relegados a la condición de duendes y hadas.
Lugh por el contrario, fue el líder del ejército dé Danann gracias a que Dagda le otorgó este privilegio, después de la segunda batalla de “Mag Tuiredh”.
Cuando los hijos de Miled conquistaron a los dioses Danann, algo casi exclusivo de nuestra mitología en comparación con otras. Sin embargo, no los habían sometido completamente gracias a los poderes del Dagda. Los humanos milesianos debieron pactar con los dioses, pues el propio Dagda, se encargó de perjudicarlos mientras no firmaran una especie de armisticio y tratado beneficioso para ambas partes: Dioses y Hombres.
De esta forma en Irlanda, no se podía plantar maíz ni beber leche de vaca, sin el consentimiento de El Dagda. El pacto se realizó pues los daneanos consintieron en retirarse a los sidhs o palacios subterráneos, (otros se exiliaron), en las profundidades de la Tierra, o debajo de las colinas, que normalmente permanecían invisibles para los ojos humanos y que el mismo Dagda se encargó de distribuir entre los suyos. A cambio, consiguieron ser homenajeados y venerados por el pueblo de Miled y sus sucesores. Desde aquella época la Tribu de la Diosa Dana, recibe el nombre de “aes sidhe”, donde cada dios es un fer-sidhe y cada diosa una bean-sidhe.

Por Iolair Faol

4.11.06

Simbología del color en el Antiguo Egipto


Los colores que los egipcios utilizaban para decorar sus tumbas, sus papiros y sus jeroglíficos tenían una especial simbología para ellos, como casi todo lo que hacían. En este artículo intentaremos explicar un poco cómo se obtenían esos colores y cuál era su simbolismo a la hora de ser utilizados.
Sobre todo se usaban seis colores principales que eran aclarados u oscurecidos: rojo, azul, amarillo, verde, blanco y negro.


La obtención de los colores
Los colores utilizados por los antiguos egipcios eran obtenidos de distintas substancias de origen mineral, diferentes para cada uno de los colores, que además podían conseguirse de diversas fuentes.
Rojo.- La oxidación natural del hierro servía de base para los rojos (ésto también incluía los colores carne y rojo ocre).
Azul.- El pigmento (conocido vulgarmente como "azul egipcio") se obtenía al combinar óxido de cobre y de hierro con sílice y calcio. Aunque era un color inestable que podía oscurecerse o cambiar de color con facilidad.
Amarillo.- La fuente del amarillo eran el ocre natural o el óxido. A finales del Imperio Nuevo se usó también el oropimente -trisulfuro de arsénico-, que debía de ser importado.
Verde.- Se obtenía de una pasta similar a la que daba el tono azul, o a partir de polvo de malaquita -forma natural del cobre de mena. La fuente principal solía ser de cobre.
Blanco.- El blanco se conseguía a partir de la creta y el yeso (sulfato de calcio), que estaban disponibles en Egipto.
Negro.- Se sacaba a partir de diversas formas de carbón vegetal, huesos quemados de animales o de hollín.
También se consiguieron colores menos corrientes de forma ocasional utilizando otras substancias, y los seis primarios podían originar nuevos colores secundarios como gris, rosa, marrón o naranja. Con tiza blanca se aclaraban los tonos, y con carbón negro se oscurecían.


La simbología de los colores
Rojo (desher).- Se asocia con el fuego y con la sangre, podía simbolizar la vida y la regeneración (como en el uso funerario de la henna), pero también simbolizaba a las fuerzas poderosas más allá del ámbito controlable. Simbolizaba las regiones hostiles desérticas de Egipto (dSrt-desheret, "la Roja" era el nombre con que se conocía al desierto y que ha dado lugar a la palabra que usamos actualmente para referirnos a él), y a Seth, dios del desierto y el caos, que tenía el cabello pelirrojo y los ojos rojos. Así, el rojo podía usarse con el significado de "ira", "destrucción", "muerte", o en expresiones como "furioso"=dSr jb-desher ib ("corazón rojo"), y "cólera"=dSrw-desheru. Los escribas usaban tinta roja en vez de la negra habitual para escribir el jeroglífico para "el Mal" y para los días nefastos del año, así como para los nombres de monstruos hostiles y dioses como la serpiente Apep y Seth. También se usó el rojo para representar el color natural de la piel masculina, así como para la el sol y su fiereza natural, o para los amuletos de serpientes que representaban al "Ojo de Ra" (en su aspecto potencialmente destructor); aunque en todos estos casos no tenía las connotaciones negativas de los otros casos.
Azul (irtiu, khesbedj).- Representaba tanto los cielos como la inundación primigenia, siendo un símbolo de vida y renacimiento. También podía significar el río Nilo y sus elementos asociados: el grano, las ofrendas, la fertilidad. Muchas figuras que representan la fecundidad están realizadas en piedras de este color. El fénix o garza, antiguo símbolo de la inundación primordial, y de la del Nilo como recordatorio anual de aquélla, se pintaba en tonos azules brillantes (la garza auténtica tenía el plumaje azul grisáceo). También se pintaba de este color el babuino sagrado de Thot, aunque la elección de este color no parece demasiado clara en este caso, tal vez relacionada con que el otro animal sagrado del dios, el ibis, se pintaba del mismo modo. Bajo ciertas circunstancias, parece que el azul tenía connotaciones solares, ya que varios objetos relacionados con el sol estaban manufacturados con fayenza azul (los escarabeos, por ejemplo). Se cree, por último, que al estar relacionado con el dios Amon-Ra, varios retratos de reyes de la Dinastía XVIII presentan la piel azul debido a su asimilación con este dios.
Amarillo (khenet, kenit).- Es el color del sol, percibido como algo eterno e imperecedero (de ahí que también se asimilase al oro). La carne y los huesos de los dioses eran de oro puro (amarillos), por eso se construían las imágenes de los dioses con este metal, tanto simbólicamente como por su valor real. Las imágenes y relieves de las divinidades también se pintaban en tonos amarillos en la piel. También se cree que los sacerdotes encargados de la momificación, al llevar máscaras de Anubis para representarlo, se pintaban la piel de este color. El electro, mezcla de oro y plata, se consideró un igual al oro puro, haciendo que el blanco fuese intercambiable con el amarillo para asumir los significados simbólicos de este color.
Verde (uadj).- Es el símbolo de la vida y de las cosas que crecen (plantas, sobre todo), siendo también un símbolo de la resurrección -de ahí que a Osiris se le pintase la piel de este color. Por ejemplo, "hacer cosas verdes" se consideraba como hacer o crear algo positivo (en contraposición a "hacer cosas rojas", que era equivalente a hacer el mal). El Más Allá era llamado "El Campo de Malaquita" (mineral del que se obtenía la pintura verde y que es de ese color). En los Textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos, se establece la piedra verde, los juncos verdes o las alas de piedra verde de un gran halcón como símbolos del renacimiento posterior a la muerte. Durante la Dinastía XXVI, por el mismo motivo y asociándolo a Osiris, se pintaba de verde la cara del difunto representada en el ataúd. También solía ser de color verde o piedra verde el amuleto llamado "Ojo de Horus" (Udjat), debido a su uso para la curación y el bienestar de los ojos. El nombre de la diosa tutelar del Bajo Egipto con forma de cobra era Uadjet, "La Verde"; y se solía relacionar a este color con la diosa Hathor, patrona del hogar, la alegría y la belleza.
Blanco (hedj, shesep).- Se usaba para denotar limpieza, así como pureza ritual y sacralidad. Fue casi el único color que se usó para representar las ropas de los egipcios; y como color relativo al sacerdocio. En sitios como las "Instrucciones de Merikara" se habla del servicio de un sacerdote como "llevar sandalias blancas". Los objetos rituales solían realizarse con alabastro blanco. Muchos de los animales sagrados que se mantenían en los templos eran de este color, como el "Gran Blanco" (el babuino sagrado), el buey blanco, la vaca blanca o el hipopótamo blanco. La palabra "hedj" (una de las formas de "blanco") se usaba para denominar a la plata -el metal-, que junto al oro, se usaba para representar a la luna y al sol. Las estatuas del dios Nefertem (asociado a las flores de loto, y llamado "Señor de los Perfumes") se solía hacer de plata en vez del oro habitual, debido a la conexión entre la plata y la flor blanca del loto. La corona tradicional del Alto Egipto es llamada "Corona Blanca" (aunque en un principio estaba realizada con juncos y cañas que le daban color verde, y de ahí su vinculación con este color), siendo este color el que se usaba en la heráldica del sur de Egipto.
Negro (kem).- Era el color de la noche y de la muerte (algunas veces se realizaba un agujero negro para representar la muerte y la destrucción de los enemigos), simbolizando el Mundo Inferior; aunque también se usaba como símbolo de la resurrección y la fertilidad, siendo símbolos de vida -de ahí que a veces se pintase a Osiris de color negro. La relación con la vida y Osiris puede ser debida a los sedimentos negros que el Nilo depositaba todos los años con la inundación en sus orillas y que formaba el manto fértil del valle del Nilo. También se relacionan con Osiris las inscripciones realizadas sobre fondo negro en los ataúdes del Periodo Tardío (aunque algunos creen que pueden ser meramente artísticas). El que los colores negro y verde sean intercambiables se ve tanto en las imágenes del dios del Inframundo, como en los escarabeos de corazón, que eran realizados en piedras de color negro o verde, simbolizando la relación del muerto con Osiris, la vida y la resurrección. Las estatuas de los dioses eran a menudo realizadas con piedras negras y verdes; siendo la piedra negra considerada algo muy potente, escogido para la curación mágica, realizando estatuas con inscripciones de viñetas y conjuros en los periodos Macedónico y Ptolemaico (aunque a veces se utilizaban otras piedras duras de otros colores). Además, el color negro de las tierras fértiles simbolizaban al mismo país desde el inicio de su historia, de ahí que la forma en que los eigpcios antiguos llamasen a su país fuese Kemet, "La Negra".

1.11.06

Samhain, Halloween, Noche de Brujas, Día de Difuntos


Historia y Costumbres
Los orígenes de esta celebración datan del antiguo festival celta de Samhain (pronunciado sow-in).
Aproximadamente hace unos 2000 años, los celtas ocupaban un territorio extenso (Reino Unido, Irlanda y Norte de Francia), estas tribus eran paganas y celebraban su año nuevo el 1 de noviembre. Este día marcaba el final de la cosecha y por lo tanto del verano; y el comienzo del oscuro y frío invierno, estación a menudo relacionada con la muerte humana.
Los celtas creían que en la víspera del año nuevo, el límite entre el mundo de los vivos y el de los muertos era poco claro. También, creían que las brujas y los fantasmas de los muertos volvían a la tierra la noche del 31 de octubre.
Los celtas creían en las fuerzas de la naturaleza y escuchaban atentamente a sus sacerdotes ya que sus profecías eran importantes para sobrevivir durante el largo y oscuro invierno.
Los druidas y luego los celtas conmemoraban este evento haciendo grandes fogatas sagradas, la mayoría de las veces, la gente se reunía alrededor para quemar cultivos y sacrificar animales y ofrecer esos sacrificios a los dioses celtas. Usaban disfraces hechos con cabezas de animales y piel. Se dejaba comida y vino para dar la bienvenida a los espíritus.
Hacia el año 43 después de Cristo el Imperio Romano ocupaba la mayor parte del territorio celta y durante esa ocupación que duró alrededor de 400 años, dos festivales de origen romano se combinaron con Samhain. Uno era Feralia, el último día de octubre en el que los romanos conmemoraban a sus muertos y el otro era el día de Pomona durante el cual ofrecían regalos a la diosa de la fruta y los árboles. El símbolo de Pomona era la manzana, una fruta que después se incorporó a Samhain. Esto probablemente explica la tradición de atrapar con los dientes las manzanas que flotan en agua.
Alrededor de 400 años más tarde, el Cristianismo se extendió por las tierras celtas. El Papa Bonifacio IV declaró al 1 de noviembre como “El Día de Todos los Santos” celebración que honra a los santos y mártires.
En el año 1000 después de Cristo, la iglesia acordaría celebrar “El Día de Todos los Santos” el 2 de noviembre, día en el que se honran a los muertos. Se celebraba de la misma manera que Samhain, con grandes fogatas, desfiles y con disfraces de santos, ángeles y demonios.
A las 3 celebraciones juntas, la de la víspera del día de todos los santos, la del día de todos los santos y la del día de todos los muertos se las conocieron como Hallowmas.
La tradición norteamericana de realizar el juego trato o truco probablemente data de los comienzos de los desfiles del día de los fieles difuntos en Inglaterra. Durante las festividades, los ciudadanos pobres mendigaban para pedir alimentos y las familias les daban pastelitos a cambio de sus promesas de rezar por los parientes fallecidos de la familia.
La iglesia alentó la distribución de los pastelitos como una forma de reemplazar a la antigua costumbre de dejarle a los muertos la comida y el vino. En sus barrios, los niños golpeaban en las puertas de las casas y la gente les daba cerveza, comida y dinero.
Los rezos eran importantes ya que ayudarían en el tránsito de las almas al Cielo.
La tradición de disfrazarse para El Día de Todos los Santos – Halloween tiene tanto raíces celtas como europeas. Los celtas le temían a la oscuridad, al invierno y creían que los fantasmas regresaban a la tierra, algunas personas no querían salir de sus hogares por temor a encontrarse con uno. Para evitar ser reconocido por los fantasmas, los celtas usaban máscaras al salir de sus hogares especialmente a la noche de este modo los fantasmas los confundirían. Para alejar a los fantasmas de las casas, los celtas colocaban la comida fuera de ellas.


La Historia del Jack O'Lantern
La calabaza de Halloween o Jack O’Lantern probablemente proviene del folklore irlandés. Según la leyenda, un hombre llamado Jack El Tacaño invitó al diablo a tomar un trago pero no quería pagarlo y convenció al diablo para que éste se transformase en una moneda. Al hacerlo, Jack decidió quedarse con el dinero y lo colocó cerca de una cruz de plata evitando así que el diablo volviese a su forma original. Jack liberó al diablo y el acuerdo entre ambos fue que él no lo molestaría a Jack y, si Jack moría, no reclamaría su alma.
Pero Jack El Tacaño engañó a Satanás nuevamente, esta vez lo hizo subirse a un árbol para agarrar una manzana. Jack talló la imagen de una cruz en el tronco del árbol y Satanás quedó atrapado entre las hojas y las ramas.
Jack se dio cuenta de que Satanás no podía bajar por lo tanto hizo un trato con él. Jack hizo que el diablo le prometiese que nunca lo volvería a tentar y así Jack lo dejaría bajar del árbol.
Jack fue un hombre bueno por un tiempo y un día comenzó a pecar nuevamente. Después de la muerte de Jack su alma no tenía donde ir. No podía ir al Cielo porque era un pecador y no podía ir al infierno porque Jack había engañado al diablo.
Se dice que el diablo le dio un trozo de carbón para iluminar su camino a través de la oscuridad.
A medida que fue pasando el tiempo, el carbón fue colocado dentro de un nabo ahuecado porque duraba más.
En Irlanda y Escocia la gente comenzó a hacer sus propios modelos de lámparas tallando caras de terror en los nabos o patatas y los colocaban en las ventanas o cerca de las puertas para espantar a Jack El Tacaño y a otros espíritus maléficos que deambulaban.
En Inglaterra se usan remolachas grandes.
En 1840 la gente de estos países y en especial de Irlanda emigró a los Estados Unidos de América debido a la hambruna e introdujeron la tradición de las lámparas. Pronto descubrieron que las calabazas, una planta autóctona, eran perfectas para hacer las lámparas.
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