Un último apunte: Geralt de Rivia
He recordado que antes de irme quería dedicar un sitito en el Caldero a los libros que estoy leyendo últimamente: la Saga de Geralt de Rivia, del escritor polaco Andrzej Sapkowski, un gran escritor descubierto por estos lares hará un par de años.
Precisamente, antes de mudarnos a Zaragotham, había leído los dos primeros libros de la Saga (El Último Deseo y La Espada del Destino), y había empezado el tercero (La Sangre de los Elfos). Pero tanto ése como el cuarto (Tiempo de Odio) se quedaron apartados una temporada... hasta ahora, que los he retomado.
He de decir que esta serie de libros de fantasía realista -es más realista que muchas novelas supuestamente ambientadas en el mundo real- me la descubrió mi novio (éste Constantine particular que tengo, aunque en lo físico recuerde más al mítico "Calvo de la Lotería") hará cosa de un par de años, cuando salió el primero. Me dijo que por su humor sarcástico, y su visión retorcida de los cuentos infantiles de toda la vida (por ejemplo, Blancanieves aquí es una asaltadora de caminos que se acuesta con sus futuras víctimas antes de rajarles el cuello y quedarse con sus pertenencias). Y tenía razón.
El protagonista de la Saga es el mismo Geralt de Rivia, un brujo albino que recorre los caminos matando monstruos, y que está perdidamente enamorado de una hechicera llamada Yennefer, pero junto a la que no puede estar ya que siempre terminan discutiendo y tirándose los trastos a la cabeza. En este mundo, los brujos son llamados "mutantes", pues para conseguir algunos de sus dones deben beber una pócima secreta que les cambia los ojos y les da ciertos poderes mágicos. Además, se dedican en exclusiva a la caza de monstruos, como ya he dicho, pero su matanza indiscriminada ha provocado que ya queden pocos y cada vez les sea más complicado encontrar uno de verdad.
Lo cierto es que Geralt es uno de esos personajes que, a pesar de ser un borde la mayor parte de las veces, enamora a todas las mujeres que se cruzan en su camino (cosa que no es de extrañar, pues hasta a mí me ha pasado). Y sus aventuras son de lo más interesante que te puedas encontrar en fantasía en los últimos años. Sin olvidarnos del puntillo realista que tiene todo en este mundo: hay reinos que se arrasan unos a otros, haciendo como en la antigüedad y exterminando a todos sin piedad -para algo están intentando conquistar sus tierras-, la gente rica lo tiene todo, y la pobre no tiene nada -como en la vida misma, vamos-, y múltiples detalles similares que lo convierten en un mundo rico y maravilloso, aunque parezca imposible.
Le aconsejo a todo el mundo que se haga con el primer tomo (editados todos por Bibliópolis Fantástica), y que continúe con los cuatro siguientes, ya que ahora mismo van por el quinto, titulado Bautismo de Fuego. Creo que faltan otros dos por salir, ya que, si no me equivoco, eran siete los tomos originales.
Que, por cierto, fue una serie de tanto éxito en Polonia, que tiene su propia serie de cómic y hasta hicieron una película -que dicen que es francamente mala.
Precisamente, antes de mudarnos a Zaragotham, había leído los dos primeros libros de la Saga (El Último Deseo y La Espada del Destino), y había empezado el tercero (La Sangre de los Elfos). Pero tanto ése como el cuarto (Tiempo de Odio) se quedaron apartados una temporada... hasta ahora, que los he retomado.
He de decir que esta serie de libros de fantasía realista -es más realista que muchas novelas supuestamente ambientadas en el mundo real- me la descubrió mi novio (éste Constantine particular que tengo, aunque en lo físico recuerde más al mítico "Calvo de la Lotería") hará cosa de un par de años, cuando salió el primero. Me dijo que por su humor sarcástico, y su visión retorcida de los cuentos infantiles de toda la vida (por ejemplo, Blancanieves aquí es una asaltadora de caminos que se acuesta con sus futuras víctimas antes de rajarles el cuello y quedarse con sus pertenencias). Y tenía razón.
El protagonista de la Saga es el mismo Geralt de Rivia, un brujo albino que recorre los caminos matando monstruos, y que está perdidamente enamorado de una hechicera llamada Yennefer, pero junto a la que no puede estar ya que siempre terminan discutiendo y tirándose los trastos a la cabeza. En este mundo, los brujos son llamados "mutantes", pues para conseguir algunos de sus dones deben beber una pócima secreta que les cambia los ojos y les da ciertos poderes mágicos. Además, se dedican en exclusiva a la caza de monstruos, como ya he dicho, pero su matanza indiscriminada ha provocado que ya queden pocos y cada vez les sea más complicado encontrar uno de verdad.
Lo cierto es que Geralt es uno de esos personajes que, a pesar de ser un borde la mayor parte de las veces, enamora a todas las mujeres que se cruzan en su camino (cosa que no es de extrañar, pues hasta a mí me ha pasado). Y sus aventuras son de lo más interesante que te puedas encontrar en fantasía en los últimos años. Sin olvidarnos del puntillo realista que tiene todo en este mundo: hay reinos que se arrasan unos a otros, haciendo como en la antigüedad y exterminando a todos sin piedad -para algo están intentando conquistar sus tierras-, la gente rica lo tiene todo, y la pobre no tiene nada -como en la vida misma, vamos-, y múltiples detalles similares que lo convierten en un mundo rico y maravilloso, aunque parezca imposible.
Le aconsejo a todo el mundo que se haga con el primer tomo (editados todos por Bibliópolis Fantástica), y que continúe con los cuatro siguientes, ya que ahora mismo van por el quinto, titulado Bautismo de Fuego. Creo que faltan otros dos por salir, ya que, si no me equivoco, eran siete los tomos originales.
Que, por cierto, fue una serie de tanto éxito en Polonia, que tiene su propia serie de cómic y hasta hicieron una película -que dicen que es francamente mala.
1 comentarios:
Ahora mismo tengo un par de libros en cola... pero lo apunto. Ha sonado más que interesante :-)
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