El Caldero de la Bruja

En este caldero echaré un poco de fantasía, un poco de ci-fi, y un mucho de todo aquéllo que me gusta.

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Lugar: A Coruña, A Coruña, Spain

31.3.06

La Caída

Mientras caía, el Ángel se preguntó si había merecido la pena, si alguna vez se darían cuenta de lo que habían perdido realmente, si alguna vez se perdonarían por no volver a oír la Voz reconfortante. Roca, magma y cenizas; era lo único que les quedaba, porque ya no volverían a ver la Luz Divina, y nunca más sentirían su Presencia.
De rodillas, sobre la lava todavía caliente, rodeado de los humos sulfurados, levantó la cabeza para ver por última vez el Destello en lo Alto. Cerró los puños, se tragó las lágrimas amargas y se levantó orgullosamente. Ahora tenía todo un Reino para gobernar.

¡Qué miedo, V!

Nada, que ya la han vuelto a fastidiar, que Alan Moore ya ha renegado de "V de Vendetta" (bueno, ya estaba renegando de ella antes del estreno), llegando al extremo de haber devuelto todo el dinero que le habían pagado por los derechos y haber dicho que no quería que lo relacionaran con la película -ha pedido que lo borren de los títulos de crédito.
Dejo aquí un articulín sobre algunas cosas que mosquearon al señor Moore (está en inglés, a ver si puedo poner mañana una traducción). Como podéis ver, las declaraciones ya tienen casi un añito.

Moore on the V For Vendetta film
Lying in the Gutters
May 23, 2005
Alan gave some details about bits of the V For Vendetta shooting script he'd seen. "It was imbecilic; it had plot holes you couldn't have got away with in Whizzer And Chips in the nineteen sixties. Plot holes no one had noticed." What Moore found most laughable however were the details. "They don't know what British people have for breakfast, they couldn't be bothered. 'Eggy in a basket' apparently. Now the US have 'eggs in a basket,' which is fried bread with a fried egg in a hole in the middle. I guess they thought we must eat that as well, and thought 'eggy in a basket' was a quaint and Olde Worlde version. And they decided that the British postal service is called Fedco. They'll have thought something like, 'well, what's a British version of FedEx... how about FedCo? A friend of mine had to point out to them that the Fed, in FedEx comes from 'Federal Express.' America is a federal republic, Britain is not." David Lloyd was reported to have commented on the script at the recent Bristol comics convention. Superherohype posted a fan report talking to Lloyd, saying "he thinks it was very good for an Action Thriller, but is very much different from the Graphic Novel. He said that the character of Evey is less of a victim in this film and that he had met with The Wachoski Brothers."

30.3.06

The Pretender

La canción de Sabina me ha hecho recordar una serie que me ha fascinado durante años (y eso que no he logrado verla entera, y mucho menos ver las películas donde se cuenta todo el final de la historia, o algo similar). "The Pretender" es una serie de finales de los 90, protagonizada por un extraño individuo llamado Jarod y que es uno de los llamados "pretenders": gente especial que tiene la capacidad de convertirse en cualquier persona que deseen con un poco de documentación al respecto. Jarod se encontraba aislado del mundo en un sitio llamado "El Centro", en donde estudian a estos "pretenders" y los ponen en situaciones especiales para conocer qué es lo que realmente pasó (en una de las retrospectivas de Jarod cuando era niño lo vemos metido en la piel del mismísimo Lee Harvey Oswald el día del asesinato de Kennedy). Pero se escapa, y desde entonces debe huir de la Señorita Parker (de la que nunca se sabe el nombre, otro de los enigmas de la serie, aunque parece que un ex la llama Mónica) que es enviada por su padre -el jefazo del Centro- para traerlo de vuelta al redil. Sydney, el viejo mentor de Jarod, la debe ayudar; aunque como amigo y confidente de Jarod, termina siendo más un cómplice que otra cosa. Y también está el pobre Broots, el informático del Centro, que es bastante inútil, la verdad, pero un buen tipo en el fondo.
A lo largo de la serie la trama se complica, y pasa de ser -en su primera temporada- Jarod demostrando sus grandes dotes de "pretender" para ayudar a la gente, a una historia mucho más complicada en la que él busca a unos padres desaparecidos, y la Señorita Parker termina buscando al asesino de su madre (todo sazonado con personajes de lo más extraño como el señor Lyle, Angelo o el señor Raines, el gran malvado de la serie).
La serie llegó a las cuatro temporadas, y luego realizaron dos o tres películas para completar la trama.
A mí siempre me pareció increíblemente interesante (sobre todo por todas las complicaciones posteriores). Es una serie que no se estancó en lo que parecía que iba a ser desde un principio y evolucionó (quizá a muchos no les haya gustado la evolución final, pero yo la encuentro entretenida, cuanto menos).
Es una serie que recomiendo siempre, así que, ya sabéis.

Una de piratas....

Amo a Jack Sparrow desde que lo ví aparecer sobre el mástil de su barco a medio hundir, llegando con esa... "dignidad" de pirata acabado a puerto hostil. Quizá por eso estoy deseando cada vez más que estrenen la segunda parte de Piratas del Caribe (en donde, por cierto, el protagonista indiscutible es Jack Sparrow, y Orlando Bloom y su soso-personaje pasan a completo segundo plano, en el poster Johnny Depp y Keira Knightley están por delante de él).
Ahí os dejo el trailer de nuevo para los que aún no lo hayan visto -si es que queda alguien.
http://disney.go.com/disneypictures/pirates/

Y de postre, una canción de piratas:

No soy un fulano con la lágrima fácil de esos que se quejan sólo por vicio,
si la vida se deja yo la meto mano, si no, aun me excita mi oficio.
Y como además sale gratis soñar y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas, a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel de todos los tipos que nunca seré.

Al Caponne en Chicago, legionario en Melilla, pintor en Bombanash,
mercader en Damasco, costalero en Sevilla, negro en Nueva Orleans.
Viejo verde en Sodoma, deportado en Siberia,sultán en un harén,
policía ni en broma, triunfador de la feria,gitanito en Jerez.
Tahur en Montecarlo, cigarrillo en tu boca,taxista en Nueva York,
el más chulo del barrio y tiro porque me toca, suspenso en religión.
Confesor de la reina, banderilero en Cádiz,tabernero en Dublín,
comunista en las Vegas, ahogado en el Titanic, flautista en Hammelin.

Pero si me dan a elegir entre todas las vidas yo escojo
la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo,
el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera
un par de tibias y una calavera.

Billarista a tres bandas, insumiso en el cielo, dueño de un cabaret,
arañazo en tu espalda, tenor en Rigoletto, pianista de un burdel.
Polizón en tu cama, vocalista de orquesta, mejor tiempo en Lemans.
Cronista de sucesos, detective en apuros,conservado en alcohol,
violador en tu sueños, suicida en el viaducto,guapo en un culebrón.
Morfinómano en China, desertor en la guerra, boxeador en Detroit,
cazador en la India, marinero en Marsella, fotógrafo en Play-Boy.

29.3.06

Reflexiones sobre el alto coste de la vida (Tori Amos)

"Es curioso pero cuando tengo un buen día no pienso tanto en ella.
La verdad es que nada en absoluto. Cuando me brilla la voz y tengo la tripa llena no se me ocurre decir ni pío. Cuando tengo un mal día hablo con la Muerte constantemente. No del suicidio porque, sinceramente, no es lo bastante dramático. A la mayoría nos gustan los escenarios, y suicidarse es la actuación definitiva; y siendo adicta al escenario, el suicidio estaba descartado desde el principio. Además, la gente se fija y se pone a mirar a ver qué te sobra y no puedes cruzar las piernas para mostrar ese ángulo tan seductor del muslo y es muy deprimente.
Así que hablamos.
Dice cosas que parecen no ocurrírsele a nadie, como vamos a tomarnos un perrito caliente, y entonces parece que nada sea imposible.
Una vez me dijo que en cada uno de nosotros hay parte de ella, aunque Neil cree que soy más Delirio que Tori, y Muerte me enseñó a aceptarlo, o sea, a llevar mis teclas con orgullo. Y una vez aceptado eso, me doy cuenta de que Muerte está dentro de mí, en alguna parte. Era la clase de chica que todas querían ser, desde mi punto de vista porque sabe "aceptar las cosas". Siempre me recuerda que "las cosas" cambian, pero que no se puede dar ningún cambio hasta que hayas aceptado "las cosas".
Igual que ayer, todo el equipo de grabación estaba medio estropeado. Casi perdemos una obra maestra, y los músicos se van mañana y no podemos seguir haciendo música hasta que se solucione todo esto. Estamos en medio de la nada en el desierto, y lo que quiere mi ser es meterse debajo de un cactus y hacer como el avestruz. En vez de esto, me teñí el pelo; ella me visitó y empecé a aceptar el lío en el que estaba metida. Lío al revés es oíl y armada con aquella información me sentí mucho mejor. Durante las últimas horas me he permitido sentirme derrotada, y como ella dijo, si te permites sentirte como te sientes de verdad, tal vez deje de darte miedo ese sentimiento.
Cuando estás de rodillas estás más cerca del suelo.
Las cosas parecen estar más cerca en cierto modo.
Si lo único que se me ocurre es decir esto no va conmigo, esto no va conmigo, entonces no habría una cuerda delante de mí ni un cocodrilo detrás, ni una chica sentada en el alféizar comiéndose un perrito, y si me lo creo, entonces morir sería la única respuesta porque no vendría Muerte a decirme que todo va sobre ruedas y, al fin y al cabo, ella tiene un hermano que cree en la esperanza." Tori Amos, prólogo a "Muerte: El Alto Coste de la Vida"
¿Por qué será que siempre me siento tan identificada con este texto? Al final, si yo soy un poco Delirio, y Delirio es Tori Amos, será que yo también soy un poco Tori Amos.

28.3.06

Oichi (muerta en 1583), hermana de Oda Nobunaga

Pocas mujeres en la historia japonesa han seguido el camino y la suerte de Oichi, la hermana de Oda Nobunaga renombrada por su belleza. Se casó primero con Shibata Katsuie después de que pidiese perdón por un intento de rebelión en 1557. Siguiendo la conquista de Mino por parte de Nobunaga en 1567, Nobunaga hizo que Shibata se divorciase de Oichi para que pudiese ser enviada como esposa del joven Asai Nagamasa, señor de la provincia de Ômi. Tuvo un hijo (Manjumara) y tres hijas de Nagamasa. Desafortunadamente, Nagamasa traicionó su alianza con Nobunaga en 1570 y fue a la guerra con él en nombre de la familia Asakura. La lucha continuó durante tres años hasta que la familia Asakura fue eliminada y el Castillo Odani de Nagamasa fue rodeado. Nobunaga pidió que le devolviesen a su hermana, y Nagamasa aceptó, permitiendo a Oichi irse para volver con Katsuie (aunque cuando ésto sucedió se convirtió en todo un problema a debatir). En 1583, tras la muerte de Nobunaga, Shibata Katsuie y Toyotomi Hideyoshi fueron a la guerra por la sucesión. El ejército de Katsuie fue destrozado en Shizugatake en las colinas del norte de Ômi, y el viejo general en persona (que no había estado presente en la batalla) se encerró en Ichi no tani con la intención de suicidarse. Le pidió a Oichi que cogiese a sus hijas y se marchase; pero Oichi envió a sus hijas bajo el cuidado de Hideyoshi, y se quedó a morir con Katsuie en el incendio que arrasó su castillo. Una de sus hijas, la futura "Yodogimi" añadió otro elemento de tragedia a esta historia, ya que se casaría con Tokugawa Hidetada -el segundo shôgun Tokugawa- y fue la madre del tercer shôgun, Iemitsu (pero esa es otra historia para otra ocasión).

Torrijas de Nunca Jamás

Soy una gran aficionada a la cocina. Sobre todo a la cocina japonesa (tengo varios libros) y a la repostería (la tradicional de toda la vida). Y hoy he estado cocinando unas torrijas a mi propio estilo -las he llamado Torrijas de Nunca Jamás.
He cogido pan de molde, le he recortado los bordes, y lo he pasado por una mezcla de leche semidesnatada, azúcar, Calvados de 8 años y canela. A continuación las he pasado por el huevo batido y las he puesto a freír en aceite de oliva vírgen muy caliente. Para finalizar, las he espolvoreado con azúcar y más canela.
Una delicia casera.
La imágen no es de mis torrijas, pero se parece a cómo quedaron. Lo mejor es el sabor. El Calvados les da un toque a manzana realmente delicioso.

Al nuevo Bond se le ha ido la olla

No sé si es por fastidiar a todos los que decimos que no nos gusta un pelo como Bond, pero es que me he enterado de que Daniel Craig ha hecho una serie de exigencias a los productores y director de "Casino Royale" (que espero que no sean ciertas, porque entonces será una película sobre cualquier personaje, pero no sobre James Bond), que paso a enumerar a continuación:
1- Ha exigido llevar otra marca de reloj.
2- Ha exigido utilizar otra marca de coche.
3- Ha exigido que en la película no aparezcan cachibaches, con lo que Q no va a aparecer.
4- También ha dicho que no piensa llevar smoking.
A ver, el que no quiera usar determinado reloj o determinado coche, o no llevar smoking, no son cosas realmente graves (por lo menos no para mí, aunque muchos de los fans de Bond se tirarán de los pelos y se rasgarán las vestiduras, pero vamos, que no es algo realmente imprescindible). Pero que decida no usar los dispositivos que han hecho famoso a un agente especial como Bond, y que por ello no vaya a salir en la película uno de los personajes emblema de la serie como es Q... ¡eso no tiene perdón de dios!
Vamos, que yo sólo le veo sentido a todo esto en que, como los fans están en su contra y no creo que se vea con mucho futuro en la franquicia, se haya decidido por boicotearla, porque es que no hay otra explicación razonable al asunto.
¡Ay! ¡Y yo que siempre dije que Clive Owen era el Bond perfecto!

27.3.06

Los Caballeros del Templo de Jerusalem (III y última parte)

Cuando encendió de nuevo el mechero, más enfurecido que nunca por la bromita, vio una figuras que se alejaban hacia su derecha. ¡De modo que allí estaban...!. ¡Se iban a enterar!. Y se echó a andar tras ellos. Iba despacito para que no lo oyeran, pero él sí que oía sus pasos delante suyo. Ellos conocían el sitio tan bien que no necesitaban luz para caminar entre las ruinas.
De pronto un golpe de viento abrió la vieja ventana que había a su lado, y la lluvia le golpeó el rostro, apagándole el mechero mientras un rayo lo iluminaba todo.
Maldijo en voz baja y continuó caminando. Ya no oía sus pasos, y el mechero no se encendía. ¡Vaya una perra suerte!. Pero un poco más adelante encontró una puerta abierta que daba al exterior. Salió fuera para ver si estaban allí. Miró hacia los lados. La lluvia comenzaba a resbalarle por la cara. Seguro que ésa era otra de las suyas. Al volverse para entrar de nuevo, la puerta se cerró de golpe. ¡Malditos...!. Así que iban a dejarle allí fuera mojándose como un idiota. ¿Qué era?. ¿Otro truco para que perdiera la apuesta?. Se rió del miedo que había pasado allá abajo. ¡Qué estúpido había sido!. Pero no iba a quedarse allí mojándose, ¡de eso nada!. Y se echó a andar rodeando el monasterio para llegar a la puerta principal.
Al girar la esquina los vio de nuevo. Los tres cubiertos con capas blancas, y se metían por una puerta de un edificio que sobresalía del resto del monasterio. ¿Entonces quién había cerrado la puerta?. El viento, se dijo. Después de todo, el único idiota voy a ser yo. Y se encaminó hacia allí.
La puerta daba a un pasillo, y el pasillo a la parte posterior de lo que había sido un altar. Los rayos iluminaban de vez en cuando las majestuosas vidrieras de una pequeña capilla. Debía haber sido preciosa unos cuantos siglos antes. ¡Malditos curas!. Seguro que vivían como reyes sangrando a los pobre campesinos de la zona.
Se sintió maravillado por los candelabros y los restos de las figuras de santos. La gente había sido tan estúpida como para no mirar nunca en el interior de la capilla. Podría sacar bastante dinero si vendía todo aquello. De pronto se acordó de por qué estaba allí. Miró alrededor y no los vio.
-¡Chicos, salid ya, os he descubierto!.
Pero no salió nadie.
-¡Vamos, no seáis críos!.
Nada de nuevo. Y de pronto, los candelabros se encendieron. Miró a su alrededor buscándolos. Y de nuevo el susurro pronunció su nombre. Y él seguía dando vueltas sobre sí mismo mientras unos pasos metálicos se le acercaban y su nombre sonaba cada vez más cerca. Estaba en medio del pasillo que llevaba al altar, atónito, sin comprender nada, sólo que el corazón le iba cada vez más rápido y que aquello no tenía sentido.
De pronto se abrió la puerta de la capilla y un viento gélido apagó todas las luces, y se quedó allí quieto mirando a la puerta. Entonces algo frío le tocó el hombro, algo como una espada.
-¡Ey, chicos, vaya broma!.-dijo girándose.

Los tres iban corriendo bajo la lluvia con las largas capas empapadas. Se acercaban a la puerta principal del monasterio cuando oyeron el grito que venía de la parte posterior del edificio. Corrieron hacia allí. Él debía de haber encontrado la puerta de atrás. Seguro que estaba muerto de miedo, y ellos no habían hecho nada. No habían podido poner en marcha su plan porque la lluvia les había cogido de camino y habían tenido que guarecerse en una pequeña cabaña en el bosque. Cuando llegaron, la puerta de atrás de la capilla estaba abierta. Entraron, miraron el desvencijado interior y no vieron nada; tan sólo estaban los restos podridos de los bancos, y el viento y la lluvia entraban por las rotas vidrieras.
Lo buscaron en el monasterio, pero no lo vieron, y supusieron que se había ido a casa. Sin embargo, al día siguiente, los padres del muchacho no sabían en dónde estaba. Y no regresó en los días posteriores, y nadie supo nunca a dónde había ido ni si aquel grito había sido suyo.

Los Caballeros del Templo de Jerusalem (II Parte)

Las escaleras subían y bajaban. ¿A dónde iría primero?. Arriba era un poco más peligroso, el suelo de madera podrida y carcomida podía hundirse en cualquier momento. Abajo sólo había tinieblas. Comenzó a subir. La madera crujía peligrosamente bajo sus pies. Eso estaba mejor. Podía imaginarse que era un aventurero, un arqueólogo como Indiana Jones en busca del Arca de la Alianza. Además, ¿los templarios no venían de donde los judíos?
Al llegar a la penúltima escalera, ésta crujió más que las demás y cedió bajo sus peso. Se sujetó con ambas manos a la pared y a la última escalera, con lo cuál la antorcha salió volando y cayó unos cuantos peldaños más abajo.
-¡Maldita sea!. ¡Maldita sea!.-el tobillo le dolía un poco, pero se levantó para coger la antorcha antes de que provocara un incendio.
Volvió a subir, esta vez con más cuidado, y llegó al primer piso. ¡Al fin!. Con suma cautela caminó contra la pared hasta llegar a la primera puerta. No podía seguir, en el suelo había un enorme boquete que se lo impedía. La puerta también estaba cerrada, pero era tan vieja que se abrió fácilmente. Allí debía de ser donde comían los “curas guerreros”. ¡Pues vivían bien!. Había una larga mesa rodeada por enormes sillas de madera maciza con los restos de finos tapizados. También descubrió que había alguna que otra gotera al caerle una gruesa gota de agua en el cuello. Se le erizó la piel, y pasó la mano para secarse mientras se apartaba.
Entonces oyó el ruido. Era como si hubiesen cerrado una puerta al fondo del pasillo; pero era imposible, el agujero que había en el suelo lo hacía imposible. Además allí no había nadie más.
-Habrá sido el viento.- se dijo.
Pero prefirió salir de allí, por si se hundía o se caía algo más.
Se recordó que debía tener cuidado con las escaleras, y las bajó con toda la precaución posible. Y, ¿ahora qué?. Pues a mirar lo que había abajo. Y comenzó a descender por las escaleras de piedra.
Un crujido en las viejas escaleras de madera le hizo mirar hacia arriba. Volvieron a crujir otra vez, pero no había nada. Y otra. Él estaba allí inmóvil, sujetando la tea mientras el corazón comenzaba a chocarle contra las costillas. Otro crujido. Y de pronto se derrumbaron levantando una polvareda mientras él saltaba hacia atrás. -¡Joder!. ¿Ha sido culpa mía?.- se dijo en alto para tranquilizarse. Y se decidió a bajar con calma y respirando hondamente para calmarse. Se había librado de una buena. ¿Y si se hubieran desmoronado cuando él estaba bajando?. ¡Qué suerte!. Esos peldaños al menos eran de piedra, estaban gastadas, pero siquiera no se hundirían bajo sus pies.
Mientras bajaba, el olor a humedad, un olor rancio y podrido que ya se respiraba arriba, se fue haciendo cada vez más fuerte; y la oscuridad, más negra todavía. El frío le calaba los huesos. Su ropa estaba algo húmeda por la lluvia, pero hasta entonces no la había sentido tan pegada a su piel.
Llegó al fondo, y no se veía el principio de las escaleras. Allí había lo que parecían unas celdas. Debía de ser donde los curas metían a sus prisioneros de guerra. Vio unos bultos a la derecha y se acercó para iluminarlo mejor. Eran viejos instrumentos de madera podrida con metal oxidado. Armas semejantes a las que salían en las películas medievales. ¿Serían para torturar a los presos?. Seguro que sí; todos esos curas en el fondo eran iguales. Inquisidores.
Volvió hacia donde estaban las celdas para mirar a ver si había algún resto humano olvidado en su interior. Entonces oyó algo así como pasos arriba, unos pasos que comenzaban a bajar las escaleras... ¡Son ellos, seguro!. Voy a darles un susto de muerte, pensó. Y cuando se encaminaba hacia el interior de una de las celdas, los pasos cesaron. Se detuvo para escuchar. Nada. Durante unos minutos estuvo en silencio escuchando. Pero nada. ¿Habían visto la luz al fondo de la escalera?. ¿Y si los llamaba?.
-¡Chicos, soy yo!. ¡Estoy aquí!.
Un ruido desde el interior de la celda. La iluminó, y el susto hizo que soltara la antorcha para cubrirse la cara mientras decenas de asquerosos murciélagos salían chillando y comenzaban a subir por el hueco de las escaleras. La antorcha salió rodando para caer en un charco de agua cochambrosa y apagarse con un silbido.
-¡Joder!. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?.-exclamó estirando los brazos en la oscuridad mientras el ruido del aleteo de los murciélagos se extinguía.
Pues no debían de estar allí, pensó al encender de nuevo el mechero, de lo contrario les oiría siquiera gritar al verse sorprendidos por aquellas ratas con alas. Pero entonces oyó aquel susurro que pronunciaba su nombre, e iluminó las escaleras. Sin embargo allí no había nada. Imposible, debían de estar allí, delante de él, para poder escucharlo con tanta claridad.
El corazón volvió a latirle de nuevo a toda prisa, y sintió como que casi se le salía por la boca cuando escuchó de nuevo aquel susurro, aquella voz que lo llamaba al lado de su oído; y se giró al notar como si una mano le rozara el hombro para llamar su atención. Pero allí no había nada; no veía nada. Se pegó contra la pared, con la boca abierta, la exclamación ahogada, y permaneció unos minutos eternos mirando a la oscuridad y esperando que aparecieran sus amigos de la nada.
Es tu imaginación, se dijo, solamente tu maldita imaginación. Pero el corazón continuaba latiéndole a toda velocidad, y sentía cómo la sangre caliente corría por sus venas congeladas por el pánico que se había apoderado de él. Durante bastante tiempo permaneció inmóvil, maldiciendo aquel condenado sitio, su maldita suerte y a los “curas guerreros”. Cuando se consiguió calmar lo suficiente se encaminó a las escaleras y las subió a la carrera. Por un par de veces se apagó el mechero, y por un par de veces tropezó y se cayó; pero volvió a levantarse y a subir sin pensar en nada, sin asustarse por nada. O al menos eso intentaba.
Al llegar arriba corrió hasta la puerta, pero estaba cerrada. ¡Maldita sea!. La empujó con todas sus fuerzas, pero no cedía ni en broma. ¡Aquellos tres graciosos se iban a enterar cuando los cogiera!. Ahora ya sabía que ellos estaban allí.

26.3.06

En un Jardín de Fantasía

La última ocurrencia que he tenido ha sido crearme otro blog para plasmar en él una historia que estoy escribiendo. Lo he titulado En un Jardín de Fantasía (un pequeño rincón en el reino de la Emperatriz Infantil, recóndito y tan secreto que ni Atreyu ni Bastián tuvieron nunca noticias de él), y he añadido el link a la lista de links, ahí a la izquierda (aunque también sale en mi perfil, pero oye, nunca está de más hacerse publicidad a uno mismo).
Desde aquí quiero también invitar a algunas amigas (y/o/u amigos, porque no hago discriminaciones de ningún tipo) a que, si quieren darle un poco de vida, que me dejen sus mails y -además de así tenerlos para mantener contacto por ese medio- añadirl@s como miembros, para que suban cualquier cosilla que escriban y quieran compartir en mi pequeño Jardín (ya os dejaré también un aviso en vuestros blogs, puestos a hacer publicidad gratuita y por el morro).
Ahí queda eso.

De las calamidades de Londres en el XVII

Hoy, un poco de historia londinense. ¿Por qué estos desastres? Supongo que porque los desastres fraguan el carácter, tanto de la gente como del propio ámbito geográfico en donde se desarrollan. Además, ha sido algo que me llamó mucho la atención (y me recordó también el Gran Incendio de Nueva Orleáns), y que para mí era bastante desconocido hasta hace poco.
El periodo Estuardo se vio dominado por dos desastres en Londres: la Gran Peste y el Gran Incendio. En 1665, la Peste se extendió por la ciudad, traída por un barco desde Holanda. Londres estaba acostumbrada a las pestes desde la Edad Media, pero ésta fue diferente –un brote tan virulento que los que la padecían podían cogerla y morirse en sólo unas horas. La ciudad se vio sumida en el pánico. Los enfermos eran encerrados en sus casas, con sus familiares. Se creía que los perros y los gatos propagaban la enfermedad, así que el Lord Alcalde ordenó matarlos a todos. Así, de un golpe, se eliminó a los enemigos naturales de las ratas, que eran las auténticas propagadoras. A lo largo del largo y cálido verano de 1665, la peste arrasó Londres. La corte huyó, muchos doctores y sacerdotes les siguieron, y todos aquéllos con lo suficiente para escapar, se iban rápidamente. Aunque lo peor de la peste se fue en otoño, no fue hasta la siguiente gran calamidad que se limpiaron las mugrientas calles de Londres de lo que quedó de la plaga. Se estima que la tasa de muertes fue desde 70.000 a más de 100.000.
La segunda calamidad fue el Gran Incendio.

En la mañana del domingo, el 2 de septiembre de 1666, comezó la destrucción del Londres medieval. En cinco días, la ciudad que Shakespeare había conocido fue destruida por el fuego. Un área de más de tres kilómetros y medio por dos y medio fue convertida en cenizas; más de ciento cincuenta hectáreas en el interior de las murallas de la ciudad y veinticinco hectáreas y media del exterior, 13.200 casas y 87 iglesias (incluyendo la vieja catedral de St. Paul) fueron destruidas. Es realmente increíble que en todo este desastre sólo se perdieran ocho vidas (o sólo se tiene conocimiento de la pérdida de esas vidas, vamos). Lo que sí que se sabe seguro es que la destrucción de todas esas casas de madera tan cercanas y otros edifidios, se consiguió poner fin a la Gran Peste que había devastado la ciudad el año anterior.
El fuego comenzó en la casa y la tienda de Thomas Farynor, panadero del rey Carlos II, en Pudding Lane (donde ahora se levanta el llamado Monumento, realizado para conmemorar el Gran Incendio). Farynor se olvidó de apagar el fuego de su horno la noche anterior, lo que provocó que las brasas prendieran fuego en la cesta de leña que había junto al horno. Alrededor de la una de la madrugada, tres horas después de que Farynor se fuese a la cama, tanto la casa como la tienda estaban en llamas. El ayudante de Farynor se despertó encontrando la casa completamente llena de humo, y consiguió despertar a todos los que en ella habitaban. Farynor, su esposa, su hija y un sirviente escaparon trepando hasta una ventana del piso superior, y de allí al tejado. La doncella estaba tan asustada de tener que caminar por los tejados que se quedó en la casa, convirtiéndose así en la primera víctima del fuego.
Las chispas del incendio cayeron en la paja y el heno del patio de la Star Inn en Fish Street Hill. La Londres de 1666 era una ciudad que tenía hechos de madera por lo menos la mitad de sus edificios, con los tejados cubiertos de brea para impermeabilizar la paja. Estos edificios sufrían un riesgo de incendio extremo y se prendía en ellas el fuego de una forma muy fácil. Con los fuertes vientos que soplaban ese día, las chispas se esparcieron rápidamente, prendiendo en los tejados y las casas según iban cayendo sobre ellos. Desde el Star Inn, el fuego se propagó a la iglesia de Saint Margaret, entrando en Thames Street. Ahí había almacenes y muelles llenos de cajas de materiales inflamables: aceite, licores, sebo, cáñamo, paja, carbón, etc. En ese momento, el fuego ya era demasiado voraz como para ser combatido con los pobres dispositivos de los que podían hacer uso (a penas cubos y palas). A las ocho de la mañana, siete horas después de iniciarse el incendio, las llamas habían hecho ya mitad del camino sobre el viejo Puente de Londres. Sólo el hueco dejado por un incendio anterior en el 1633 previno el que las llamas cruzaran el puente y comenzasen un nuevo fuego en Southwark, en el lado sur del río.

Los fuegos ardieron a lo largo de todo ese día y del siguiente. Fleet Street, Old Bailey, Ludgate Hill, Newgate, etc, fueron todas reducidas a cenizas. Se sabe que las piedras de la vieja catedral de St Paul explotaron por el calor, y también se fundió el plomo del tejado, corriendo como un arroyo por las calles. El fuerte viento proveniente del este mantenía el avance de las llamas.
Poco se pudo hacer para detener el avance del incendio. Se habían promulgado varias leyes, obligando a los vecinos de la ciudad -devido al estado y materiales de las casas, ya que no era la primera vez que se provocaban fuegos, aunque nunca tan terribles- a proveerse de calderos, escaleras, ganchos para incendios,... pero mucho de este equipamiento se podría debido a la negligencia; y los suministros de agua, estando lejos de las orillas del río, eran más bien escasos.
Entonces, con muy pocas alternativas, se comenzó a pensar en demoler las casas para crear varios cortafuegos. El Lord Alcalde Bludworth estaba más preocupado en pensar quién pagaría la reconstrucción de esas casas que el ayuntamiento ordenaba derruír. Ciertos "grupos entrenados" fueron llamados para asistir en la demolición, pero comenzaron demasiado cerca del avance del fuego y fueron incapaces de despejar esos lugares antes de que las ruinas se convirtieran en más combustible para las llamas.
Completamente desesperados, optaron por demoler las casas usando pólvora, llegando a tener un éxito desmedido en algunos casos. Durante otros tres días el fuego arrasó la ciudad antes de terminar por apagarse en Temple Church, cerca de Holborn Bridge.
Mientras la ayuda comenzaba a llegar tras los anteriores días de pánico, el incendio moribundo comenzó a arder de nuevo y a trepar por el Palacio de Whitehall. El Duque de York ordenó la destrucción de más edificios y el incendio, por fin, consiguió controlarse.
Al final del incendio sobre cuatro quintos de la City (la zona centro y más histórica de Londres, la que había sido construida dentro de las viejas murallas de la ciudad) habían sido destruidos, lo que contabilizó 13.200 edificios de casas, 87 iglesias y 50 edificios de comerciantes sobre un área de más de ciento setenta y seis hectáreas. Aunque el fuego se llevó unas pocas vidas, por lo menos sirvió también para algo bueno: las ratas que habían ayudado a transmitir la peste bubónica el año anterior murieron en el incendio. El número de las víctimas de la peste disminuyó rápidamente tras el Gran Incendio.
Para aquéllos que lo perdieron todo, la vida les dejó de pronto en la más abyecta miseria. La población de la ciudad se dispersó alrededor de St George Fields y Moorfields, y en las afueras llegó tan lejos como a Highgate. A algunos se les entregaron tiendas de campaña, otros se construyeron refugios con lo que tenían a mano o con lo que podían, levantando cabañas y casuchas. Miles de personas se vieron arruinadas y la prisión de deAngliaCampusors se vio abarrotada.
El Gran Incendio de Londres puso en movimiento los cambios que se convirtieron en la base de la organización de la lucha contra incendios en el futuro. Las casas de madera y los diseños del periodo medieval fueron reemplazados por edificios de ladrillo y piedra, y los propietarios comenzaron a asegurar sus propiedades contra incendios. Las nuevas compañías de seguros se dieron cuenta rápidamente de que sus pérdidas podían ser mínimas empleando hombres que se encargaran de apagar los fuegos.

Christopher Wren, el gran arquitecto inglés del XVII comenzó la reconstrucción de Londres. En unos días presentó un plan para reconstruir la ciudad con amplias avenidas y plazas abiertas reemplazando el laberinto de callejones y travesías. Pero era demasiado caro, sobre todo después del gasto llevado a cabo para sofocar el Gran Incendio. Así y todo, a Wren le dieron el dinero para reconstruir las iglesias, construyendo al final 49 iglesias nuevas y la gran catedral de Saint Paul que todos pueden admirar hoy en día. Muchas de las iglesias actuales de Londres se deben al trabajo de Wren, y es realmente complicado encontrar alguna anterior a esa fecha.
Después del Gran Incendio de 1666, la cara de Londres cambió para siempre.

Los Caballeros del Templo de Jerusalem (I Parte)

Éste es uno de los cuentos que tengo terminados -lo escribí en el instituto, en segundo de BUP, si no me equivoco, así que es viejo, bastante viejo, aunque ha sufrido algún que otro retoque a lo largo del tiempo-, por eso voy a postearlo aquí, para que podáis leer algo que ya tiene un final definido. Bueno, espero que os guste.

Allá por el año 1118 de Nuestro Señor, -tras la toma de Jerusalem por los cruzados cristianos-, Hugo de Payens, Godofredo de Saint-Omer y un grupo de caballeros fundaron la Orden del Templo para la protección de Tierra Santa y de los peregrinos.
Estos caballeros eran a la vez religiosos y militares; organizaban su vida según la regla monástica benedictina, adaptándola a la condición seglar y a las actividades guerreras de sus miembros.
Pero la pérdida de la Tierra Santa, a manos del Islam, cuya defensa había sido la primera razón de ser de la Orden, y sin poder justificar ya su existencia, provocó su disolución en manos de Clemente V en el año de Gracia de 1312.
Sin embargo, de todos es conocido los enigmas que envolvieron, -y que todavía envuelven-, a los sitios donde vivieron y murieron los caballeros del Templo. Son lugares rodeados de misterio –y porqué no, también de magia-, en los que aún es posible escuchar el murmullo de sus oraciones antes de entrar en combate, o incluso hay quien jura escuchar algunas noches el metálico chasquido de las espadas entrechocando. Por lo tanto, la siguiente historia pudo suceder en cualquiera de sus doce provincias de Occidente, o de sus cinco en Oriente, lo único cierto es que ocurrió... o que tal vez haya sido producto de la imaginación de los que se sienten fascinados por su misterioso modo de vida y su desaparición.

Desde pequeños se habían sentido fascinados por la vida de aquellos “caballeros monjes”, los admiraban y se sentían sobrecogidos por el regio monasterio en el cuál habían vivido y por el que habían luchado hasta la muerte. Jugaban de niños en el bosque que ahora lo rodeaba, soñaban con que eran caballeros del Templo de Jerusalem y que daban su vida por proteger sus muros y sus tierras. Por eso no comprendían que aquel muchacho que había llegado al pueblo hacía poco se burlara de sus juegos de infancia y del respeto que mostraban hacia ellos, los templarios.
Le iban a dar una lección, una buena lección. Aprendería a no reírse de ellos ni de aquel lugar que para ellos era tan especial. Le habían apostado a que no era capaz de resistir una noche entre los muros del monasterio. Ellos se disfrazarían con largas túnicas blancas con cruces rojas, las que utilizaran en el baile de disfraces de hacía un par de meses, y lo asustarían hasta que se meara en los pantalones.


Hacía un par de horas que se había hecho de noche. La luna brillaba tímidamente en el cielo de invierno que empezaba a cubrirse de oscuros nubarrones. ¡Mierda!, y todavía no había llegado al maldito monasterio. Perdería la apuesta por culpa de su madre y su insistencia en que tenía que fregar los cacharros después de la cena. Miró el reloj; las once menos cuarto. Tendría que echarse una carrerita si quería llegar antes de las once y antes de que empezara a llover.
En diez minutos estaba ya en el camino que conducía a la entrada del edificio. Se detuvo un momento para tomar aire. El corazón parecía salírsele del pecho por el esfuerzo. En realidad no estaba nervioso ni sentía miedo por pasar unas horas entre aquellos estúpidos cuatro muros medio derruidos. ¿De verdad aquellos tres se creían que le asustaría pasar la noche en lo que fuera una casa de curas? ¡Vale!, luchaban. ¿Y qué?. Eran curas que se habían muerto un montón de siglos antes. ¡Qué estupidez!
Bien, ya se sentía mejor. Miró a su alrededor. Los árboles habían perdido todas sus hojas. Sus formas caprichosas y retorcidas mostraban que ya tenían algún que otro siglo de antigüedad. Avanzó entre ellos con paso firme y decidido. De pronto la luna se ocultó y sintió como comenzaban a caer las frías gotas de agua sobre la piel de su rostro.
-¡Mierda!-exclamó mientras echaba a correr hacia la puerta del monasterio.
Había quedado allí fuera con aquellos tres impresentables, pero no iba a quedarse como un pasmarote bajo la lluvia. Les esperaría dentro. Empujó un poco el viejo portón de madera, pero estaba demasiado oxidado para abrir así de fácil. Tantos siglos y ni una gota de aceite para los goznes...
Un rayo se hizo camino entre las nubes y lo iluminó todo.
Dio un respingo al ver la horrible cabeza que había tallada sobre la puerta, justo encima del escudo de armas. Parecía que hubieran cogido a alguien y le hubiesen hecho atravesar el muro hasta los hombros, de modo que sobresaliera la cabeza de ese lado. ¡Y encima había tormenta!
-Pues yo no pienso mojarme.-y con un pequeño esfuerzo logró que las hojas de la puerta se movieran e hicieran un hueco suficiente para que él cupiera.

Dentro no llovía, pero tampoco se veía nada. Las pocas ventanas que había debían de estar bien cerradas y apuntaladas para que nadie entrara. Allí el máximo peligro que había era el de un derrumbamiento. Encendió el mechero. Y por el estado en el que se encontraban los muros, cualquier día de éstos se vendría abajo. ¡Vaya una mierda de sitio!
Miró a derecha e izquierda. Más allá sólo había tinieblas, así que se echó a andar hacia la derecha sin saber muy bien a dónde ir. Unos metros más adelante encontró unas viejas antorchas. Al menos estaban secas, y tal vez prendieran con el fuego del mechero... ¡Genial!, ya tenía una iluminación algo decente.
Siguió caminando e inspeccionando todas las habitaciones que estaban abiertas. Tan sólo encontró telarañas, alguna rata inmunda, y los restos de lo que semejaban mesas, sillas, camas y candelabros de metal. ¡Pues qué bien! ¡Menuda aventura más aburrida!.

Y los otros tres sin aparecer.
Llegó de nuevo a la entrada. “¿Y ahora qué? ¿Me siento en el suelo y espero a que aparezcan? ¿O habrán llegado ya?”. No. Si hubiesen llegado lo llamarían para asegurarse de que estaba allí, seguro. Así que sólo le quedaba una solución: ver lo que había al fondo de unas cochambrosas escaleras unos metros más allá a su izquierda. Se encaminó hacia allí con paso decidido.

25.3.06

Algunas esculturas realistas Amarnienses

A petición de Schere dejo aquí algunas de las esculturas realistas del periodo Amarniense (encontradas la mayoría en el taller del escultor real Thutmose).
Escultura de cabeza de Nefertiti, y otra de Akhenaton de cuerpo entero en una ofrenda.

La escultura de Akhenaton de la que hablé en el post anterior, de cuerpo entero haciendo una ofrenda (aquí simplemente parece un hombre obeso -hay algunos hombres que engordan de la parte inferior del cuerpo de esta forma, aunque suele ser por problemas de glándulas o de hormonas, nada que tenga que ver con el Marfan o el Froelich). El famoso busto de Nefertiti que se haya en el Museo de Berlín.

Otro busto de Nefertiti.Hija de Akhenaton, identificada como Merit-Aton o Ankh-sen-Amon (bueno, algunos también la identifican con Meket-Aton, vamos, que sería una de las tres mayores). Es una escultura en la que la forma del cráneo está muy exagerada, pues en otras imágenes -a parte de las de la época más exagerada del arte Amarniense- no aparece tan deformado. A todo esto, decir que la teoría sobre la supuesta hidrocefalia de las hijas de Akhenaton sería imposible, ningún bebé nacido con esa enfermedad ha llegado a sobrevivir mucho tiempo, y mucho menos a sobrevivir a los primeros años de la infancia.Hija de Akhenaton, identificada como Merit-Aton o Meket-Aton. En esta escultura, aunque aquí no se vea, no se aprecia para nada la tremenda deformación que se veía en la escultura anterior.Reina Amarniense identificada como Merit-Aton o Nefertiti.Posible hija de Akhenaton.Por último, unas esculturas del rey Akhenaton, bastante más normales de las que se suelen encontrar por ahí. Y recuerdo que Thutmose fue el escultor real durante la parte final del reinado del rey (de ahí que se conservasen sus esculturas en su taller, incluída estas últimas de Akhenaton, ya que fue abandonado, no se sabe si al final del reinado de éste o al principio del reinado de Tut-Ankh-Amon, cuando se mudó de vuelta a Tebas).

Sobre el aspecto de la familia de Akhenaton

En cuanto al extraño aspecto del rey y su familia, es cierto que se han dado muchas hipótesis al respecto sobre supuestas enfermedades que pudo haber sufrido. Las más aceptadas son las del Síndrome Froelich y el Sídrome Marfan, explicaré porqué estas hipótesis son inviables.
Lo primero es repasar un poco el arte amarniense. Los primeros años de la vida pública y real de Amenhotep IV y Nefertiti transcurren durante el último par de años del reinado de Amenhotep III (si hacemos caso a la hipótesis de una corregencia corta, aunque bien pudieron ser más en caso de creer a los que abogan por una corregencia larga). Durante ese tiempo, tanto el rey como su esposa son retratados de forma completamente normal, al igual que el resto de miembros de la casa real (Amenhotep III había engordado mucho durante sus últimos años de vida, y aunque antes de su festival Sed del año 30 era retratado de una forma más o menos realista, a partir de ese momento, como divinidad que era, comenzó a ser retratado mucho más joven y en buena forma física, aunque el resto de personajes nobles eran retratados de acuerdo a los cánones normales de la época), como se puede observar en la estatua del rey de caliza amarilla que se conserva en el Louvre, o en el doble retrato de Amenhotep IV y Nefertiti cogidos de la mano (la imágen que acompaña este artículo un poco más abajo). Tras la muerte de Amenhotep III, Amenhotep IV y su esposa comenzaron a ser retratados, no sólo como una amante familia (por aquel entonces ya tenían a sus dos hijas mayores Merit-Aton y Meket-Aton, Ankh-sen-Pa-Aton nacería al poco de mudarse a Akhetaton, y Neferneferuaton-Tasherit, Neferneferura y Setepenra nacerían después), sino de un modo extraño, deforme o esperpéntico según nuestro punto de vista; acentuándose estas formas aún más en la época de la mudanza a Akhetaton (las imágenes de las estelas fronterizas, por ejemplo, en algunos primeros relieves de las tumbas de la ciudad mortuoria de Akhetaton). Avanzado el reinado, los modelos fueron suavizándose, como se puede ver en la mayoría de las imágenes famosas que nos han llegado; para luego volver a un estilo más normal (estatua de Akhenaton presentando ofrendas de piedra caliza, descubierta en una casa-santuario de Akhetaton, o la imagen de una Nefertiti de edad avanzada del taller de Thutmose), alcanzando al final de su reinado un estilo hiperrealista como se observa en las más famosas esculturas del taller de Thutmose, entre ellos el famoso busto de Berlín y otros que se conservan en El Cairo. También se sabe que otros personajes de la corte eran representados de un modo similar al de la familia real, variando incluso igual que ellos con el paso del tiempo, como se puede ver en múltiples imágenes de las tumbas en Akhetaton que han llegado a nosotros (por ejemplo, aunque es de un periodo más "recatado", la imágen de Kiya aquí a la derecha).
Ahora veamos cuáles son algunas características de los Síndromes que se adjudican al faraón:
El síndrome Froelich está caracterizado por obesidad de tipo femenino (tanto en varones como mujeres, esto quiere decir que la grasa se deposita en los lugares propios de la condición femenina: muslos, glúteos y caderas, sobre todo, en lugar de la barriga, que suele ser donde se depositan las grasas masculinas). Los órganos sexuales suelen estar atrofiados, con las gónadas y las características sexuales secundarias reducidas (con lo cual son todos estériles e incapaces de engendrar hijos). Suele ir acompañada de jaquecas, alteraciones de la visión, poliuria (aumento en las veces –y en la cantidad- que se va a orinar), polidipsia (sed excesiva) y retraso mental. Se supone que una de las causas posibles son tumores en el hipotálamo (el integrador del sistema nervioso vegetativo), con lo que suele aumentar también el apetito y se reduce la secreción de gonadotropina (otra hormona). Aunque el síndrome puede aparecer en la infancia, es más frecuente encontrarlo en la pubertad.
El Síndrome Marfan está causado por un defecto (una mutación) en el gen que determina la estructura de la fibrilina, una proteína que es una importante parte del tejido conectivo (el que sirve para la estructura de los tejidos blandos). Una persona con el Síndrome Marfan nace con el desorden, aunque algunas características pueden no emerger y no se puede realizar una buena diagnosis hasta que ya es tarde. Se necesita diagnóstico por parte de un equipo variado de doctores (oftalmólogos, cardiólogos, traumatólogos, entre otros). Aunque todos los que tienen el Síndrome Marfan tienen un defecto en el mismo gen, usualmente cada familia desarrolla su propia y específica mutación. Incluso con la misma mutación, no todas las personas de la familia desarrollan los mismos problemas médicos ni son afectados del mismo modo. El síndrome se desarrolla por igual en hombres o mujeres. Cada hijo de una persona que tenga el Síndrome de Marfan tiene un 50% de posibilidades de heredar el desorden. Algunas veces aparece un nuevo gen defectuoso (una mutación espontántea) durante la formación del esperma o de los ovocitos resultando en un bebé con el Síndrome Marfan, sin ser heredado. De todas formas, dos padres que no estén afectados tienen sólo una posibilidad de 1 a 10.000 de tener un niño con el síndrome Marfan. Aproximadamente el 25 por ciento de los casos son resultado de una mutación espontánea en el momento de la concepción. En cuanto al aspecto físico, pueden tener las córneas curvas, provocando ojos saltones, las extremidades más largas y finas de lo normal y el esternón en quilla o hundido, entre otras. Habitualmente mueren jóvenes debido a los problemas cardíacos y arteriales que padecen (a partir de los 30-35 años).
En cuanto a las posibilidades de que Akhenaton sufriese uno de los dos (aunque en el aspecto físico podría encuadrarse con cualquiera de los dos), yo lo veo poco probable, veamos los motivos:
- El caso del Síndrome Froelich se autoelimina ya desde el momento en que Akhenaton tuvo como mínimo seis hijas con Nefertiti, un hijo con Meket-Aton, y por lo menos dos bebés indeterminados con su esposa secundaria Kiya, pues estos individuos son siempre estériles.
- El segundo caso es más difícil de demostrar, pues en la actualidad se necesita una amplia serie de pruebas para comprobarlo, cuanto más si en este caso no se puede realizar ninguna; también se tiene muy en cuenta que hasta la adolescencia fue retratado de un modo normal, y después se mostraron estas características especiales. De todas formas, basándonos en algunos aspectos superficiales, se podría descartar el que padeciese un Síndrome Marfan heredado, pues, en un principio, ningún miembro anterior de la Dinastía XVIII parece padecerlo. En el caso de que fuese un gen mutante, hay que tener en cuenta que todos sus descendientes tendrían un 50% de posibilidades de heredarlo, y no parece haber pruebas de que tal cosa sucediese. Entre otros motivos, podemos decir también que, por ejemplo, si en la actualidad con los controles médicos a los que se someten, su esperanza de vida es más bien baja, en época faraónica tendría que ser menos (probablemente no pasarían de los 20 años), y Akhenaton se sabe que pudo haber llegado a los 35 años (con 16 años se casó con Nefertiti antes de alcanzar el trono, y después reinó 17 años antes de morir, lo que suma un mínimo de 33 años). Otras pruebas están siendo estudiadas en este momento.

24.3.06

¡Willy Wonka ya es mío forever!

Estoy muy contenta, porque acabo de conseguir "Charlie y la Fábrica de Chocolate" (ahora sólo me falta "La Novia Cadáver" -bueno y "Mars Attacks", que tampoco la tengo) para completar mi colección de películas de Tim Burton. ¿Y qué voy a decir de la película que no se haya dicho ya? Bueno, sí, que a mí me enamoró -como todo lo que hace Tim Burton. Por fin, puedo decir que Willy Wonka es mío y sólo mío (inclúyase aquí emoticono babeando).
La parte mala es que tengo faringitis vírica (me pillé la película a la vuelta del ambulatorio, algo bueno tenía que tener el día). Tengo la garganta hinchada y ampollas en una amígdala, algo que nunca creí que pudiese suceder. ¿Alguien conoce algún caso de ampollas en las amígdalas a parte del mío?

22.3.06

El Castillo Ambulante de Howl


Me he enamorado de la nueva película de Hayao Miyazaki ("La Princesa Mononoke", "El Viaje de Chihiro", "Porco Rosso"). Ayer, por fin, fui a verla al cine y salí maravillada y encantada. Es una de esas películas de las que sales con una enorme sonrisa (como de todas las películas de Miyazaki -por lo menos en mi caso).
Tenemos un mundo maravilloso en el que se entremezclan de forma genial tanto acorazados volantes al estilo steampunk, trenes a vapor, guerras entre países de estilo decimonónico, magos y brujas que se convierten en monstruosas aves negras, sortilegios, un espantapájaros que se mueve solo sobre su poste, un castillo que se mueve sobre varias patas gracias a la acción de un demonio del fuego la mar de peculiar, y una protagonista que es una chica normal y corriente a la que un embrujo a convertido en una anciana. Todo ello, para contar la historia de cómo Sophie (la chica embrujada) ayuda al egoísta y caprichoso mago Howl a recuperar el corazón que un día le cambió a un demonio -según cuenta todo el mundo.
La historia está basada en un cuento inglés, así que podemos darnos cuenta que, a pesar de que muchas cosas nos pueden resultar familiares (las últimas películas de Miyazaki tienen todas un "aire familiar"), podemos darnos cuenta de que algunas cosas (tanto algunos escenarios como personajes) son tomadas de un entorno más occidental de lo que suele tenernos acostumbrados.
Técnicamente, como siempre, es una de esas creaciones fantásticas y maravillosas a las que nos tiene acostumbrados el genio del Studio Ghibli: paisajes preciosistas, personajes muy bien creados en todas sus formas, los rincones del país en que ocurre la historia (salen tres ciudades perfectamente diferenciables) muy bien representados, uniformes, ingenios a vapor, todo... sigue demostrando que la animación tradicional puede ser tan o más hermosa y realista que la animación por ordenador.
Desde luego, a todos los amantes del anime, de la fantasía, de las películas fabulosas, les recomiendo que vayan a verla... ¡pero ya!... No creo que defraude a nadie.
P.D.: Yo también me he enamorado de Howl *_*.

19.3.06

La Diosa Dana/Dôn/Donu/Danu/Anu/Ana/


Más popularmente conocida como:
Entre los celtas irlandeses: Dana.
En la Isla de Man: Dana.
Entre los celtas escoceses: Donu.
Entre los celtas galeses y britanos: Dôn.
Entre los celtas de la Bretaña Armoricana: Ana.
La divinidad más antigua que se menciona entre los celtas es sin duda Dana o Danu, de cuya divinidad derivan todos los otros dioses celtas en la mitología celta insular, es decir, los Tuatha Dé Danann. Si bien sabemos que cuando los hijos de Dana llegaron a irlanda, la Madre no fue con ellos, aunque todos sus hijos son considerados como extensiones de La Primigenia. Aunque ciertamente la Diosa madre, aparece con diversos nombres y diferentes formas. Es llamada también Anu o Ana, cuyo nombre puede significar la Diosa madre o reina. No siendo ningún nombre propio, pues lo Absoluto es incognoscible y es innombrable.
También algún autor cita que su nombre significaría “Agua del cielo”, curiosidad ésta, pues el gran río Danubio tomaría su nombre de ella, una curiosidad pues desde el nacimiento de este río, es desde donde se supone que empezó la gran expansión céltica. Existen otros ríos donde también se puede encontrar ciertas equivalencias del nombre.
Como diosa benéfica es mencionada en el “Glosario de Cormac” como equivalente a Buann-Ann, interpretado como buena Madre. Como diosa menos benéfica compone la Trinidad del destino junto a Macha y Badb, conocidas como una tríada, en el aspecto de “La Morrigan”.
En el condado de Kerry, (Irlanda), dos montañas o cimas gemelas, son identificadas como “Los Pezones de Anu”, ( Da Chich Danann), pues tienen formas redondas y asemejan pechos femeninos. Para sorpresa de algunos, siguen siendo venerados por las gentes actualmente.
Ella es la Madre Universal y Madre de todos los dioses. Diosa también asimilada a la luna y gobernadora de las mareas. Mecenas de los vates y augures. Los druidas, en general, solicitaban, su permiso para encomendar a las almas de los recién difuntos a través de las puertas de los “sidhs” para alcanzar su nueva vida en el Otro Mundo.
Su conyuge es Bilé, un dios, en un principio del inframundo, del cual dicen algunas leyendas, surgieron los primeros hombres.
En Gales a Dana se la conoció con el nombre de Dôn, Madre también primigenia y de dioses tan conocidos como Amaethon, Gwyddyon, Gofannon, Math, LLud y Arianhrod. Posteriormente su denominación fue masculinizada.
Algunos investigadores asocian a esta primigenia deidad, con una diosa arcaica pre-indoeuropea, asimilada por la cultura celta en sus invasiones, incursiones y asentamientos. Otros analistas la asocian a diosas con parecidos apelativos, tales como la Anna Purna de la India o incluso como el investigador Robert Graves cita, con una diosa pelasga llamada Ana, hermana de Belo y que los romanos llamaron Anna Perenna y los sumerios Anna-Nin. Otros autores como Ross Nichols, incluso R. Graves, la relacionan inexorablemente con la Dánae griega y con las primeras invasiones indoeuropeas a Grecia.
También todo apunta a que durante la cristianización de los celtas, observando los cristianizadores un culto exacerbado por parte de las gentes hacia la madre de Todos, diosa de la fertilidad y Madre-Tierra, se optó por no combatirlo más y asimilarlo en la nueva forma de Santa Ana, la madre de María, que se convirtió desde entonces en un personaje protector, pero de notable raigambre céltica.
Culto por otra parte que perduró hasta la Edad media, e incluso hasta el siglo XVII, al cual, el clero cristiano no tuvo más opción que acorralar, asimilándolo plenamente.
De esta manera observamos en diferentes puntos de la geografía que fue celta, muchos topónimos, que llevan y llevaron el nombre de Santa Ana, en una simple traslación de un antiguo culto de una Diosa madre celta, a otra madre más mortal: madre de la madre del dios cristiano. ¿ Porque sino, iba a tener esa relevancia venerar a la madre de la madre, que tuvo una coincidencia nominal con la celta?. Acaso, ¿se venera al padre del padre del dios cristiano?.
Es en algo parecido a lo que sucedió también, con la veneración de los celtas galos, después de romanizados, hacia la diosa latina Diana, en la cual aquéllos vieron a su primigenia Dana, o como decían los galorromanos: Diva Ana o Divuana.

18.3.06

Trailer de X-Men 3


En realidad es del 7 de marzo, no es que sea nuevo - nuevo, pero ¡qué más da! Me apetecía ponerlo (y la imágen también, porque me ha encantado).
http://www.apple.com/trailers/fox/tls/trailer/large.html

¡Mi Batman!

A pesar de que la migraña con la que estoy desde hace tres semanas no me deja hacer muchas cosas, la verdad, conseguí por fin hacerme con una edición especial de "Batman Begins". ¡¡Mi Batman!!
No es sólo que la protagonice Christian Bale (que tengo que reconocer que es uno de esos "amores de toda la vida" míos, porque me gusta desde los 16 años, y encima tengo la única página web en castellano dedicada a él -y a Eric Bana y a Gerard Butler), sino que es que el Batman que en ella plasman es realmente el Batman que me gusta a mí, ese que está completamente psicótico, que es vengativo, peligroso e inestable (¿por qué será que los superhéroes que más me gustan son los que reúnen todas o casi todas esas características? -léase Lobezno, por ejemplo, o Lobo, o algunas épocas de Daredevil, o Spawn... en fin...). Es el Batman que da miedo a los malos y los aplasta a la mínima oportunidad -eso sí, con mucho estilo.
Además, desde mi punto de vista, les ha quedado una película -y un universo Gotham- realmente maravillosa. Reconozco que a mi me chiflaba la primera, la de Tim Burton (ese adorado Burton mío); pero Michael Keaton, aunque era un Batman realmente fascinante, cojeaba muy mucho como Bruce Wayne, no era demasiado creíble en ese papel, vamos. Sin embargo, aquí han conseguido darle todo el aspecto de millonario aburrido (en realidad "Multimillonario Borracho Prende Fuego a su Mansión") y ligón. Y encima, si además queda perfecto en el traje del Hombre Murciélago, pues ¡qué más se puede pedir! (Bueno, sí, una cosa, que le pongan un doblaje más digno, porque parece que le hacen falta unas gárgaras como mínimo, cuando Christian Bale en la V.O. sí que queda bien).
En fin, que no tenía la película aunque estaba deseando comprarla desde hace tiempo, así que otra menos en la lista de futuras compras.

10.3.06

Alicia (Expulsada al País de las Maravillas)

He de reconocer que, aunque sea un tipo que me cae mal la mayor parte del tiempo por lo "súper-guay" que se hace, algunas de las canciones de Bunbury me gustan, y ésta es una de las que más me gustan. Como imágen, ésta de la pequeña Alice vestida de mendiga, sacada por el propio Lewis Carroll (para los que no lo sepan, Alice es la niña que inspiró "Alice in Wonderland" y "Through the Looking-Glass").
alicia sortilegio de babia
en el fondo del espejo
alicia ni supone ni piensa
con la luna por cerebro
alicia en su pensamiento
tirando del hilo de su enredo
alicia en el laberinto
sin minotauro me llama ¡teseo!
alicia es siempre tan breve
que ya ha terminado
alicia dice que te quiere
cuando ya te ha abandonado
alicia expulsada
al país de las maravillas
para alicia hoy es siempre todavía
alicia, viajando entre lunas
de charla con musarañas
alicia tejiendo las nubes
con tela que nunca se acaba
alicia es siempre tan breve
que ya la has terminado
alicia dice que te quiere
cuando ya te ha abandonado
alicia expulsada
al país de las maravillas

Stardust en película

Parece ser que se va a hacer una gran película de esta preciosa novela gráfica de Neil Gaiman (ilustrada por el maravilloso y feérico Charles Vess). Ha puesto Neil en su bonito blog:
"Paramount has set Robert DeNiro, Michelle Pfeiffer Claire Danes, Charlie Cox and Sienna Miller to star in "Stardust," an adaptation of the Neil Gaiman novel to be directed by Matthew Vaughn. Pic begins shooting in the U.K. and Iceland next month.)(And Mark Strong will be playing Septimus.)"
Lo cuál es una gran noticia, ya que seguro que la película será buena si tiene a esos magníficos actores en el elenco. Por lo que se ve, Mark Strong será Septimus, y también sé que Sienna Miller será Victoria (los que habéis leído la obra sabréis de quiénes hablo, los que no la habéis leído, no sé a qué estáis esperando -aunque es difícil de encontrar en castellano). Y, por cierto, se estranaría en 2007 (me muerdo las uñas pensando en ese estreno).
A ver si cuelgo un día de estos una revisión de la novela, que es otra de estas fabulosas historias que el señor Gaiman escribe, con hadas, brujas, y mucha magia.
¡Soy feliz!

Viggo, el capitán

Hace poco que he descubierto este precioso artículo de Pérez-Reverte, publicado en El Semanal, sobre la interpretación de Viggo Mortensen en "Alatriste". Lo cierto es que leyéndolo, no puedo sino pensar en lo mucho que deseo que se estrene esa película -que se estrena en septiembre de este año, por cierto. Porque el Capitán es uno de mis personajes favoritos, y porque estoy segura de que Viggo es Alatriste (sobre todo después de leer ésto), él siempre consigue transformarse en sus personajes, tomárselos en serio, y tal vez por eso me guste tanto.

No era un actor, pensé de pronto. Era la imagen rigurosa del héroe cansado

Conocí a Viggo Mortensen en un restaurante de El Escorial: un danés rubio y flaco, callado, de aire tímido, que hablaba un excelente español con acento argentino. Iba a interpretar al capitán Alatriste, pero yo sabía poco de él. Lo había visto en algunas películas y recordaba sobre todo sus ojos claros, su mirada de hielo mientras atormentaba a Demi Moore en La teniente O’Neil. Me gustaba su careto flaco y duro, su talento como actor, su interés por el personaje y el proyecto. Durante aquella comida hablamos de fotografía, de literatura y de España. Dos días más tarde vino a mi casa, y mientras tomábamos café rodeados de libros relacionados con la época y el personaje, me regaló varias cosas editadas por él, entre ellas un magnífico álbum de fotografías suyas sobre caballos. En correspondencia, le di un tratado de equitación del siglo XVIII.
No nos vimos mucho durante la intensa preparación de la película, y sólo en tres ocasiones durante los largos meses de rodaje. Me llamó alguna vez para comentar aspectos del personaje y de la historia, como el lugar de nacimiento de Alatriste. Nunca lo detallé en ninguna de las cinco novelas publicadas hasta ahora, pero a Viggo le interesaba el dato. La vieja Castilla, respondí. ¿Puede ser León?, preguntó tras pensarlo mucho. Puede, respondí. Así que se fue a León y lo pateó de punta a punta, deteniéndose en cada pueblo, en cada bar, hablando con quien se le puso delante. En efecto, concluyó al fin, Alatriste es leonés. Y lo dijo tan convencido que a estas alturas ni yo mismo cuestiono ya el asunto. De ese modo, viajando, leyendo, mirando, Viggo se llenó de España; de nuestra historia, de la luz y la sombra que nos hicieron como somos. Y así, en un proceso asombroso de asimilación, terminó haciéndose español hasta la médula: lo estudió todo, trabajó hasta perder el acento argentino, y hasta frecuentó a toreros para aprender ciertas maneras, cierto sentido de respeto por el enemigo, cierta actitud de resignado estoicismo ante la vida y ante la muerte.
Hace unos días estuve en la llanura de Uclés, convertida cinematográficamente en el campo de batalla de Rocroi: allí donde, en 1643, los temibles tercios españoles fueros destrozados por la artillería y la caballería francesas. Se rodaba la secuencia final de la película, porque en Rocroi, en el último cuadro formado por los veteranos del tercio viejo de Cartagena, termina la historia del capitán Alatriste. Estuve detrás de las cámaras, espectador privilegiado, viendo a un centenar de jinetes cargar una y otra vez contra la fiel infantería española, y a Viggo en primera línea, cabeza descubierta y espada en mano, vendiendo cara su piel y la de sus camaradas. Se cree de verdad que es Diego Alatriste, me comentó el director, Agustín Díaz-Yanes, entre toma y toma. Los actores son todos unos tíos raros, añadió, pero éste es un caso especial. Lo cree por completo. Se ha metido tan dentro del personaje que parece más español que nadie. Observa esa desesperación y esa mala leche. Hasta los días en los que no tiene que rodar, se viste y se queda aparte, con su espada entre las manos, pensando. Y así está, el cabrón. Inmenso. Que se sale.
Después, en una pausa del rodaje, estreché la mano de Viggo, manchada de sangre cinematográfica. Charlamos un rato y nos fuimos a comer bajo la carpa que nos protegía del sol, mientras yo observaba su mostacho soldadesco, sus cicatrices, el coleto cubierto de polvo y sangre, los ojos claros y absortos que miraban como sólo miran los veteranos, más allá de la vida y de la muerte. No era un actor, pensé de pronto. Era la imagen rigurosa del héroe cansado. El resumen vivo de todos aquellos hombres arrogantes, valientes, crueles, que sostuvieron con su espada y con su sangre un imperio agonizante, y luego, olvidados por reyes imbéciles y por una patria ingrata y miserable, terminaron como perros callejeros, mendigos, enfermos, mutilados, ahorcados por la justicia o acuchillados en un campo de batalla. Y allí, sentado bajo la carpa frente a mi personaje, cada uno con su gazpacho, su merluza y su agua mineral en la bandeja del catering, comprendí que nunca podré pagarle a Viggo Mortensen la deuda que durante esta larga y compleja aventura cinematográfica contraje con él. Por encarnar con perfección absoluta lo que Sebastián Copons, fiel compañero de Alatriste, le dice al joven Íñigo Balboa antes de la última carga de la caballería enemiga: «Si sales de ésta, cuenta lo que fuimos».

El Pintor de Batallas

Ha salido la última novela de Pérez-Reverte, "El Pintor de Batallas". Supongo que terminaré comprándomelo y leyéndolo, pero mientras, ahí queda esta entrevista que le hizo José Andrés Rojo para El País como presentación de la obra.

Pregunta. Es un libro un tanto diferente en su trayectoria. ¿Cómo surge y cómo lo aborda?
Respuesta. Era una novela que tenía que escribir. Se la debía a mis lectores y me la debía, sobre todo, a mí mismo. Puede interpretarse como un tablero de ajedrez, como la revelación de las claves que explican mis otras novelas. Aquí muchos personajes y tramas anteriores encuentran su porqué.
P. ¿Cómo ha trabajado con esta novela, qué es lo primero que surge, qué elemento resulta esencial?
R. Una novela podría ser como esta misma habitación, que está llena de objetos. Puedes acercarte a ella a través de cualquiera de las piezas que la llenan. Cuanto más conoces cada objeto, mejor darás cuenta de lo que hay. Hay novelas que surgen de un personaje, otras de la estructura, otras de la historia, hay muchos caminos. Ahora tengo 54 años y una biografía detrás, que te impone unas obligaciones. Hay que correr riesgos. Más aún cuando llevas 15 años escribiendo ficción, y sabes que no eliges tú, que son las novelas las que te eligen.
P. Pocos personajes, mucho diálogo, y la guerra como telón de fondo.
R. No es una novela autobiográfica, no es una novela de periodistas, no es una novela de guerra. Lo que yo quería contar es la desolación que produce la certeza de descubrir el caos del universo. Lo que ocurre cuando se constata que la naturaleza no tiene sentimientos, y que gobierna el horror. Los hombres antiguos estaban preparados para semejante desorden, pero el hombre moderno ha preferido ignorarlo. Y llega un tsunami y lo arrasa todo. Y se toma como una novedad cuando ha ocurrido siempre.
P. Aun así, la guerra impregna toda la novela...
R. Pero eso ocurre únicamente por un detalle biográfico. Conozco las guerras, las he vivido muchos años, pero el eje, lo esencial de la novela, es otra cosa. Para contarlo sirve la guerra, es verdad, pero también podría haberse narrado a través de un médico de urgencias o de un policía de barrio.
P. La anécdota es, pues, secundaria...
R. Hay tres ejes que arman el libro y que se proyectan en los tres personajes principales. El arte, la ciencia, la guerra: el pintor, la mujer que ama, el visitante que llega de manera sorpresiva. Pero las cosas no son tan simples, todas las cuestiones terminan por mezclarse. Lo escribí en una antigua novela, La tabla de Flandes, donde decía que el tablero donde se juegan las cosas es gris, nunca blanco y negro.
P. Arte, ciencia y guerra, pero al final lo que está en juego es cómo convivir con el desorden.
R. Si cuanto pasa es totalmente casual la existencia resulta insoportable y sin ninguna salida. Cuando se desencadena el horror, caben distintas respuestas. Una es estremecerse, y desentenderse de cuanto pasa. Otra es negar lo que ocurre, y lavarse las manos. Pero también se puede asumir que las cosas son así y aprender a vivir sabiendo cuáles son las reglas de juego. Frente al horror, se puede pensar que existe un orden secreto que desencadena las cosas. Lo ha hecho la ciencia, que ha encontrado que el caos obedece a un cierto orden. Es quizá una postura más optimista que entender que todo se rige exclusivamente por el azar: consuela saber que hay un orden que gobierna el mundo.
P. La mujer dice que sólo hay dos maneras de comprender el mundo: la lógica y la guerra.
R. La guerra es la manifestación más evidente de la irrupción de esa crueldad innata que forma parte de todos los hombres (y de la naturaleza). Y aunque hablemos de una ficción, y no pueda hacerme cargo de lo que dicen en la novela los personajes, sí estoy de acuerdo con esa observación. La guerra de la que trato no procede de una elaboración teórica. Si me sirvo de sus horrores es porque los conozco de manera real y directa.
P. La novela plantea, sin resolverlos, muchos problemas existenciales, morales. Como el de la responsabilidad. ¿Cómo podemos responder de actos y situaciones que nos superan?
R. Cualquier novela que tenga una cierta ambición tiene que ser ambigua. El escritor tiene que dejar muchos cabos sueltos para que el lector los amarre cuando lea el libro. La responsabilidad debe entenderse siempre en ese contexto donde mandan las reglas de juego que están detrás del desorden del mundo. ¿Hasta qué punto es responsable el que roba, viola y mata en una guerra? ¿Cuánto hay en lo que hace de ciega respuesta a una vorágine que lo arrastra? ¿Y quiénes somos nosotros para juzgar la situación?
P. Los tres personajes fundamentales del libro conocen la guerra de primera mano.
R. Creo que es muy importante estar cerca de lo que ocurre para poder contarlo. Sobre todo porque cuanto más te acercas al objeto, más confuso se vuelve el foco de la lente. Todo es más complejo ahí cuando se ve de cerca.
P. En la novela, el fotógrafo abandona su cámara y se convierte en un pintor de batallas. Sólo así, a través del arte, puede comprender y expresar lo que ocurre.
R. La fotografía sustituyó en su día a la pintura para dar cuenta de la realidad. Pero la sociedad actual lo machaca todo, y las fotos ya no sirven para contar el mundo. Desde que una imagen de guerra ilustra una campaña publicitaria, su eficacia está gravemente cuestionada. Habla ya de un mundo que no es real, que es virtual. El pintor de batallas cree que solamente el arte puede dar respuesta a esas cuestiones que no se pueden responder. Vuelve a los viejos métodos, a los maestros antiguos.
P. Quienes observan su trabajo dicen que en su cuadro se mezcla lo viejo con lo moderno...
R. El pintor quiere atrapar la esencia de la guerra, de Troya a las Torres Gemelas. Y si hay un regreso a los maestros antiguos es porque ellos sabían que habitamos un mundo hostil, no se hacen ilusiones. Volvamos a las tragedias griegas, a Homero, a Cervantes. Ellos transmiten esa verdad terrible: que la naturaleza es fría, que no hay compasión, que reina el desorden. Basta ver cómo los dioses utilizan a los humanos como piezas que sucumben a un destino que ellos mismos traman. El mundo moderno nos protege de esa verdad, y nos hace frágiles frente al caos de la vida.
P. ¿Qué sentido tienen los valores de cuantos presumen de buena conciencia ante esa realidad que no se ciñe a categorías simples?
R. Es incomprensible que haya gente que pueda dormir tranquila después de decir unos cuantos lugares comunes. Hay que asumir, con estoicismo y lucidez, nuestra naturaleza, y nuestra naturaleza es cruel. Es así, y eso no es bueno ni malo. El mal no es ajeno a nosotros, somos nosotros.
P. Los dos protagonistas comentan que esa crueldad del mundo es aún mayor cuando tiene que ver con los hombres, porque son más inteligentes.
R. El talento de un hombre brillante al servicio del mal puede ser terrible. Aquello de que la maldad es torpe, y no lo es la bondad, no tiene ningún sentido.

9.3.06

Las Aventuras de Tom Bombadil

Por fin se ha hecho la traducción de este libro, que era el único que quedaba de Tolkien sin traducir al castellano (y supongo que sería, más que nada, por la enorme complejidad que entraña la traducción de una obra en verso como ésta); y yo, por supuesto, no he podido evitar comprarlo. La edición es preciosa, en tapa dura, con las ilustraciones de la edición inglesa original -que son una auténtica maravilla-, y si no te gustan las traducciones -como es mi caso-, tienes también en la obra los poemas originales.
¿Y por qué no me gustan las traducciones? No voy a decir que estén mal hechas, ni nada similar, es más, desde aquí todo mi apoyo y admiración por toda esa gente que ha estado años traduciendo esos poemas y dándoles forma para adaptarlos a la lengua castellana. Pero ahí está el problema. Los poemas de esta obra se supone que están escritos por los hobbits de la Comarca y que tienen unas rimas y una métrica originales y diferentes a las usadas habitualmente. Si ya son diferentes y originales en el contexto de la literatura británica, también deberían de serlo en la española. El problema que yo le veo es que la traducción está hecha para adecuarlos a las rimas y métricas castellanas, cuando, creo yo, debería de intentarse hacer, no ya una traducción más literal -que se puede hacer, pero puede quedar pésima-, sino una traducción que extrapolase esas diferenciaciones que tanto le costaron crear a Tolkien a la lengua castellana. Entiendo que, tal vez, eso sea una quimera, una epopeya, una obra épica, ya que probablemente ninguno de los traductores sea especialista en literatura y poesía, así que me contento con tener los poemas en inglés y disfrutar sus versiones originales (que son realmente magníficas).
Ya sabéis, si queréis una obra original y con la que pasar un buen rato, cogéos este tomito maravilloso que se lee en nada y se disfruta para siempre.

Guardianes de la noche

El otro día ví por fin esta película tan peculiar (y a pesar de todo, para mí, entretenida) sobre seres sobrenaturales. Es una película rusa que se estrenó aquí ya hace un tiempito, pero yo -no sé porqué- no fui a verla al cine. Lo cierto es que el trailer hacía crear unas expectativas que, para qué engañarnos, no se cumplen en la cinta para nada. Que conste que no es nada malo -por lo menos no para mí, repito-; sí es cierto que la película tiene un ritmo desigual, en algún momento es muy lenta y en otros es bastante más frenética. Desde luego no es una película fácil o que te lo dé todo bien explicado, y para muchas escenas tienes que hacer funcionar un poco la cabeza y recapacitar en cosas que han pasado con anterioridad (aunque también he leído en algún sitio que no explican todo lo que se cuenta en los libros, porque sí, está basada en una trilogía de libros que se ha hecho francamente conocida y popular en Rusia).
¿Y de qué va? Pues se supone que hay una raza de seres sobrenaturales a las que se llama Los Otros. Unos sirven a la Luz (son los buenos), y los otros a la Oscuridad (son los malos). En la época medieval lucharon y llegaron a una tregua antes de exterminarse, por la que se crearon los Guardianes de la Noche (los buenos que vigilan a los malos de noche) y los Guardianes del Día (los malos que vigilan a los buenos de día) para evitar que haya más peleas entre unos y otros, o que se rompa esa tregua. Hace unos años, Anton se convirtió en uno de los Otros de los Guardianes de la Noche, y en la actualidad rompe la tregua matando a un vampiro de los Oscuros. Los Oscuros lo persiguen, mientras él intenta cuidar del niño que iba a ser desangrado por el vampiro al que mató y la novia de éste. Y no os cuento más, que sino no la véis, y así no vale.
En definitiva, a mí me pareció una buena película, con un grafismo y una ambientación bárbaras. El ritmo, como ya he dicho, es un pelín descontrolado, pero no creo que sea algo malo, le da emoción a la cosa. Yo la recomiendo como curiosidad (sé que habrá mucha gente que no comparta mi punto de vista -bueno, sé fehacientemente que no la comparte mucha gente), y para aquéllos que gustan de productos al estilo Underworld pero con otra narrativa -al fin y al cabo es una película rusa. Desde luego, en Rusia parece que fue toda una revolución en el cine y este año se estrenaba la secuela (van a hacer tres, por supuesto).
Podéis ver el trailer aquí:
http://www.fox.es/trailers/nightwatch/101/